Tuesday, November 28, 2017

Guillermo Giménez: Caso Estancia La Dulce, Necochea, Argentina



Caso Estancia La Dulce, Necochea, Argentina
Encuentro OVNI con presencia de entidades amorfas


Una Investigación de: Guillermo Daniel Giménez / Necochea, Argentina



El año 1978 marcó importantes episodios OVNI en la República Argentina. El extremo sudeste de la provincia de Buenos Aires no estuvo ajeno a todas estas manifestaciones de presencias OVNI, aterrizajes y hasta encuentros con los tripulantes de estos objetos. Pero hubo un incidente de características importantes acontecido a fines del mes de agosto sucedido a unos 56 kilómetros de la ciudad de Necochea, más precisamente en la localidad de La Dulce, un establecimiento rural ubicado al noroeste de la ya citada ciudad balnearia.

Un incidente de importantes características por los hechos desarrollados, no sólo por la presencia de un gran objeto sobre la estancia sino también por la presencia de entidades amorfas que investigaban el lugar.

Pero veamos lo que nos decía por aquella época la agencia de noticias Télam.

Necochea, Set. 7 (Télam) – “Dos luces pequeñas descendieron del extraño aparato y llegaron hasta un galpón, luego se desplazaron rápidamente y surgieron entonces algo así como dos siluetas o formas difíciles de precisar”. Así comienza el relato de una experiencia, que no por repetida deja de ser extraña o alucinante, vivida por el matrimonio Arias que publica hoy el matutino local Ecos Diarios. La familia, integrada por Manuel Arias y su esposa Beatriz Turiella, relataron que la noche del 31 de agosto último, poco antes de las 10 de la noche se cortó la energía eléctrica. De pronto “nos sentimos atraídos por una luminosidad extraordinaria proveniente de un sector del establecimiento”, estableciemiento rural que habitan en la localidad de La Dulce. Al salir de la vivienda, vieron sobre una línea de alta tensión “un objeto muy grande, semejante a un silo para almacenar cereales, estacionado o suspendido en el aire a unos 800 metros de la casa”. Luego se desprendieron dos luces —dicen los Arias— que también “parecían flotar en el aire y vimos cómo en sus desplazamientos esquivaban obstáculos”. La publicación agrega que otro vecino, Lorenzo Parrachini vio “un objeto de singular luminosidad detenido sobre unos árboles en momentos en que la ciudad se hallaba a oscuras debido a un corte de corriente eléctrica. Fui a buscar a otros testigos, pero como no los encontré regresé al lugar justo a tiempo para ver cómo la luz se alejaba despidiendo unos reflejos verdosos. Eran las 23.15”. Los automovilistas que se desplazaban por la ruta provincial Nro. 88, según el diario, también vieron el extraño objeto.

Hasta aquí la información que nos brindaba Télam. Un incidente que acaparó la atención a la opinión pública en general y también a la comunidad ufológica, por la presencia de estas extrañas entidades amorfas muy pocas veces registradas en la República Argentina.

La Dulce, el lugar de los hechos

Como ya dijimos la localidad de La Dulce se encuentra a unos 56 kilómetros al noroeste de la ciudad de Necochea, 48 kilómetros por Ruta Provincial Nro. 86 y 8 kilómetros por acceso, en el extremo sudeste de la costa bonaerense en el propio partido de Necochea. Su situación geográfica es 38º 20′ Latitud Sur y 59º 12′ Longitud Oeste, y a una altitud de 88 metros sobre el nivel del mar.

El partido de Necochea se encuentra ubicado al SE de la provincia de Buenos Aires, sobre el mar Argentino en su lado sur. Linda al oeste con el partido de San Cayetano, al norte con el partido de Benito Juárez y al este con los partidos de Tandil y Lobería.

La ciudad de Necochea, cabecera del partido, se encuentra ubicada en el vértice SE a los 38º 34′ Latitud Sur y 58º 40′ Latitud Oeste.

El lugar de los hechos, conocido como Estancia La Dulce, es un establecimiento rural ubicado en la población homónima. Su nombre rememora a Nicanor Olivera, propietario de la Estancia La Dulce, la que tomó el nombre de una laguna ubicada en las inmediaciones.

Sus hijos fundaron la Estación Ferroviaria y fue en el año 1908 cuando don Nicanor Olivera cede tierras para el afincamiento de familias y el trazado urbano. Y es por esto, en homenaje a su persona, que la localidad se llame como su nombre.

Nicanor Olivera, más conocida como La Dulce, es una pequeña localidad de unos 2.100 habitantes. Se encuentra rodeada de fértiles tierras que le posibilitan grandes rindes en agricultura (trigo, maíz, girasol) y buen desarrollo para la ganadería.

La textura del suelo del partido de Necochea varía entre la franca —arenosa y franca— arcillosa. Por su alto contenido de materia orgánica son suelos aptos para los cultivos, ricos en calcio, potasio y en menor grado en fósforo. En su mayor parte cuenta con relieve llano, pero a lo largo de la costa marítima se extiende una ancha franja de médanos. En la región de La Dulce, el lugar es una llanura con ondulaciones que forman parte de la Región Pampeana Oriental y de la Llanura Interserrana, originada durante las formaciones precámbricas.

El OVNI y las entidades amorfas

Eran las 21:55 horas del 31 de agosto de 1978 cuando una tormenta azotaba la zona. En esos momentos la Señora Leonor Beatriz Turiella de Arias, mientras se encontraba tomando una ducha, es sorprendida por un apagón que le obliga a salir del baño y dirigirse a la cocina a tomar un abrigo. Allí observa que a través de una ventana de su casa, ubicada en la esquina de la misma, ingresaba una fuerte luminosidad.

Su esposo, Manuel Arias que en esos momentos contaba con 55 años de edad, se había acostado por el corte de la energía eléctrica y no vio la luminosidad que ingresaba por dicha ventana.

La Sra. Leonor Beatriz comentaría: “Era un brillo difícil de describir pero que me produjo por su intensidad la impresión de haber traspasado mi cuerpo”

El fenómeno fue como un haz de luz compacta, de color blanco iridiscente, que ingresó por la ventana encegueciéndola. “Cuando me quise ver a mi misma no me pude ver”, comentaría la Señora de Arias. La luz parecía atravesar las paredes de la casa, su origen era desde el exterior atravesando toda la esquina derecha del chalet.

Afuera de esta finca se encontraba un gran objeto oscuro que permanecía detenido aunque basculando sobre un grupo de 6 silos ubicado a unos 30 metros de la casa.

La Señora de Arias despierta a su marido y éste se dirige rápidamente hacia la ventana. Ahora toda la familia es testigo de estas evoluciones. En esos momentos el objeto se encontraba alejándose del chalet, sobrevolando una zona de sembradíos a unos 80 metros de los protagonistas. Luego continuó su marcha horizontalmente, con lentitud, quizá a unos 15 metros de altura, hasta detenerse sobre un monte de eucaliptos distante unos 800 metros.

Este objeto tenía un diámetro estimado en unos 8 metros, era oscuro, basculaba, y parecía sólido, según las palabras de Manuel Arias, esposo de Leonor Beatriz.

Tenía una hilera de 10 ventanillas luminosas que contorneaba la zona central del objeto. Estas ventanillas eran rectangulares, alargadas verticalmente, separadas por tabiques finos y oscuros. Emitían una intensa luz que variaba entre los colores blanco brillante y naranja.

La parte superior del OVNI era oscura y ovoide, mientras que la parte inferior era menos visible por fusionarse con la oscuridad de la zona. Según la familia Arias, podría ser también ovoidal. El OVNI se encontraba hacia la derecha del monte. Desde su posición, los protagonistas eran testigos privilegiados por la excelente visual que tenían desde la ventana. El objeto emitía un zumbido que se escuchaba a pesar de la distancia. Era similar a una turbina, comentaría Arias, que aumentaba y disminuía en forma cíclica, a la par que lo mismo sucedía con sus luces. En ese momento de la noche, corría fuerte viento y la oscuridad impedía ver la reacción de los animales ante la proximidad del fenómeno.

Pasados unos minutos, del objeto salieron dos luces rojas similares a focos de linternas que descendieron con suavidad y se movían una detrás de la otra, en dirección a los testigos. Estos focos parecían siluetas oscuras que avanzaban a una velocidad aproximada a unos 20 km/h.

Sus estaturas tenían entre 0,70 a 1 metro y su aspecto imposible de distinguir por la oscuridad de la noche. Los focos de luz parecían constituir la cara de estas entidades amorfas. Estos seres no tocaban el suelo, sino que parecían flotar a escasos centímetros de éste.

Sus movimientos eran continuos, rígidos, al llegar a los alambrados estos seres sortearon los mismos, elevándose hasta sobrepasarlos para luego descender y continuar su rumbo. Se aproximaron hacia un galpón, donde había máquinas y vehículos, giraron 90º y penetraron por un espacio existente entre el galpón y los alambrados. Allí desaparecieron por unos instantes y volvieron a aparecer. Para ello debieron sortear otros obstáculos, un monte de eucaliptos y una tranquera. Este corredor tiene unos dos metros de ancho y trece metros de largo, siendo su piso de ladrillos.

Aquí estos seres se encontraban en cercanías de otro galpón existente haciendo este circuito mucho más lento que el anterior, a paso de hombre, muy lento. Estos seres o enigmáticas figuras completaron otro segundo giro, y quizás más giros, siempre alrededor del galpón, mientras el OVNI continuaba basculándose en el cielo y emitiendo su zumbido. Es allí cuando los Arias deciden irse al dormitorio abandonando la observación. Momentos después, retornaron a la ventana comprobando que el gran objeto y los enigmáticos seres habían ya desaparecido.

La duración de todos estos fenómenos estiman que duró casi una hora.


La familia Arias en momentos de estos hechos estaba constituida por Manuel Arias, de 55 años de edad, su esposa Leonor Beatriz Turiella de Arias, de menor edad que su marido y su hijo de tres años.

Luego de estos hechos no se encontraron huellas, salvo una secuela fisiológica de shock emocional en la Señora de Arias por los momentos vividos. La zona donde se encuentra el chalet de la familia es rica en actividad agrícola-ganadera, en palabras del propio propietario dice que son campos productivos. En el momento de los hechos, estos campos pertenecían a los cuatro hermanos Arias. Hoy ya están divididos. Asimismo, a unos 3 kilómetros al sudeste existe una gran laguna de agua salada.


Fenómenos Asociados

Durante los hechos que protagonizaron la familia Arias la noche del 31 de agosto de 1978 en la Estancia de La Dulce, en Necochea, Argentina, se produce un corte de energía eléctrica en la misma. Manuel Arias considera que el corte eléctrico no sólo afectó su estancia sino también a toda la zona por el paso del OVNI.

El periódico local, llamado Ecos Diarios de la ciudad de Necochea, informó que: “El fuerte viento provocó un corte de energía en varios sectores de la región”.

Luego de estos hechos, la noticia circuló de boca en boca por toda la ciudad de La Dulce y localidades vecinas hasta que periodistas de Ecos Diarios cubrieron la noticia y así el país entero conoció este caso. Para la familia Arias fue tedioso atender a cuanto periodista de prensa escrita y/o televisiva llegaba al lugar. Por ese entonces la policía local “invitó” a la familia Arias a denunciar los hechos. Por todo esto Manuel Arias ya no quiere saber más nada del incidente, más aún, informó que si llegara a ver otra vez algún OVNI y descendieran los seres no lo informaría a nadie.

Su esposa comentaría: “Ahora estoy tranquila, no dudo de lo que vimos y desde esa noche antes de irme a dormir miro hacia afuera, sé que están, que están cerca de nosotros y que quieren comunicarse. Que no tienen intenciones de atacarnos. Si volvieran a visitarnos creo que saldría al patio sin ningún temor. No soy apasionada del tema, aunque leo algo, pero jamás he visto películas de ciencia ficción que pudieran haberme sugestionado”.

Días posteriores a estos hechos, la propia señora Leonor Beatriz fue protagonista de otras visualizaciones OVNI en la zona. Manuel Arias considera que: “Era una nave, era un módulo —vamos a decir— suspendido en el aire e irradiando luces… Pienso que ellos hacen siempre lo mismo, irradian todo con sus luces y luego se van… Ellos hacen lo que quieren y después se van…”

Cabe aclarar que durante este período se produjo una Micro-Oleada en la región de Necochea que detallo a continuación en forma resumida con 21 incidentes OVNI y que abarcó los meses de agosto y septiembre de 1978.


Caso 1: 22 de agosto de 1978, Necochea, 20:20 hs. Un objeto circular muy luminoso con luz intermitente fue visto volando en dirección Este-Oeste. Tuvo su origen en el Sudeste de la provincia de Buenos Aires (región de Necochea), para luego extenderse a La Pampa, Río Negro, Neuquén, y extenderse a Chile, junto a otras provincias y países. Observación simultánea en más de 30 ciudades.

Caso 2: 22 de agosto, cercanías de Coronel Dorrego, 20:30 hs. Tres cazadores oyeron extraños pasos como de un hombre o un animal pesado, que provenían de un bosquecillo. Tras indagar sin resultado, comprobaron que la carne que estaban asando en un fogón, tenía gusto a azufre, teniendo luego síntomas de indisposición. Al ascender a su camioneta, vieron un objeto de 30 metros de diámetro por 1 metro de alto, circundado por una fuerte luz blanca y con una torreta negra. El OVNI comenzó a acercarse, se anuló el sistema eléctrico del vehículo y el OVNI pasó a una altura de 50 metros por encima de ellos, alejándose. El vehículo arrancó y los cazadores comprobaron que estaban avanzando en el sentido opuesto al que se dirigían antes de ver el OVNI.

Caso 3: 22 de agosto, Ramón Santamarina, Necochea, noche, 21:45 hs. Desde un automóvil vieron una “extraña nube gaseosa” con una marcada aureola transparente que emitía una intensa luz.

Caso 4: 22 de agosto, Ramón Santamarina, Necochea, noche. Un objeto más grande y brillante que la Luna llena volaba a baja altura, y se aproximó velozmente al automóvil de los testigos, luego pareció acompañarlos un trecho y se alejó emitiendo destellos.

Caso 5: 22 de agosto, Coronel Dorrego, noche. Un OVNI evolucionaba lentamente sobre la ciudad.

Caso 6: 25 de agosto, Ramón Santamarina, Necochea, 20:30 hs. Suspendido sobre un monte de árboles se vio un objeto que emitía fuerte luminosidad intermitente, con vivos destellos rojos y naranjas, desapareciendo después.

Caso 7: 31 de agosto, Estancia La Dulce, cercanías de Necochea, 21:55 hs. Los testigos, Leonor Beatriz Turiella de Arias y Manuel Arias, observaban un objeto oscuro y ovoide, situado cerca de unos cables de alta tensión. Del objeto se desprendían dos luces rojas, sostenidas por bultos extraños oscuros, estos últimos desplazándose esquivando obstáculos. Más tarde el fenómeno desaparece. Un encuentro con extraños seres que atemorizaron a los testigos.

Caso 8: 31 de agosto, cercanías de La Dulce, Necochea, noche. Otro vecino ve: “Un objeto volador de singular luminosidad detenido sobre unos árboles” en momentos que la ciudad se hallaba a oscuras debido a un corte de corriente eléctrica. “Fui a buscar otros testigos, pero como no los encontré, regresé al lugar justo a tiempo para ver cómo la luz se alejaba despidiendo unas luces verdosas”.

Caso 9: 31 de agosto, noche. Aproximadamente a la misma hora, unos automovilistas que se desplazaban por la ruta Provincial-Nacional Nro. 88, también vieron al extraño objeto.

Caso 10: 4 de septiembre, San Cayetano, noche. Un joven ve una fuerte luminosidad de 30 metros de largo, tras un monte de árboles.

Caso 11: 4 de septiembre, San Cayetano, noche. Un agricultor que se dirigía a esta ciudad, observa un OVNI, alejándose hacia el Oeste.

Caso 12: A principios de septiembre, Paraje San José, Necochea, noche. Dos testigos ven el paso de un OVN luminoso.

Caso 13: 5 de septiembre, ruta 86. La señora de Arias (protagonista del suceso del 31 de agosto), ve una nube blanca y brillante que se transforma en una medialuna rojiza. Aumenta su tamaño y se esfuma.

Caso 14: 8 de septiembre, La Dulce, Necochea, 20 hs. Un falso Sol iluminó el campo, palpitando con luz rojiza durante cinco minutos.

Caso 15: 8 de septiembre, ruta 86, kilómetro 20 (a pocos kilómetros de Necochea). A las 20:15 hs., un foco de cegadora luz rojiza, ilumina una estancia desde un monte de árboles. Los caballos se espantaron y dos corderos recién carneados comenzaron a asarse solos por el calor que emitía el OVNI.

Caso 16: 9 de septiembre, Necochea, mediodía. Tres objetos luminosos evolucionan sobre la zona céntrica de esta ciudad.

Caso 17: 10 de septiembre, ruta 86, kilómetro 85, noche. Una fuerte luz parecía “posada” sobre una línea de alta tensión, luego de 15 minutos, se alejó raudamente.

Caso 18: 12 de septiembre, La Dulce, Necochea. De una fuerte luz se desprende una estrella que va descendiendo en 8 etapas sucesivas.

Caso 19: 14 de septiembre, Necochea, noche. Un objeto que emitía luces alternadas rojas y verdes, pasó a gran velocidad de O a E.

Caso 20: 14 de septiembre, Juan N. Fernández, Necochea, 22:30 hs. Ocurrió a 500 metros de una casa y a 30 metros de altura. Un objeto plateado del que surgía una fuerte luminosidad, oscilaba sobre un monte de árboles.

Caso 21: Mediados de septiembre, Necochea, noche. Un objeto ovoide muy luminoso de color rojo sobrevuela la ciudad a gran velocidad en dirección Norte.

Esta micro-oleada, por mí descubierta y estudiada, se halla dentro de la basta región necochense.

¿Por qué tanta asiduidad de Fenómenos OVNI y presencia de extraños seres en toda esta región en tan poco tiempo?

Un nuevo incidente OVNI queda registrado en la casuística mundial con la presencia de entidades o seres de enigmáticas figuras frente a testigos de alta confiabilidad en el extremo Sudeste de la costa bonaerense argentina, en la región de Necochea.

Hecho Análogo

Podemos citar a modo de ejemplo otro incidente similar ocurrido a unos 120 kilómetros de la ciudad de Necochea, partido donde sucedieron los hechos de la Estancia La Dulce el 31 de agosto de 1978 a la familia Arias.

Son los primeros días del mes de enero de 1988 cuando en el barrio La Serena de la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina. Los amigos Leonardo Fuster y Gabriel (de apellido desconocido), ambos de 18 años de edad, salían de la casa de unos amigos luego de una reunión donde participaron unos 15 jóvenes. Y caminando por las calles del barrio ya citado, fueron protagonistas de un hecho anómalo.

Eran cerca de la 1 a.m. cuando Gabriel observa una luz de color blanco que provenía de los bosques de Peralta Ramos. Se encontraba aproximadamente a más de 100 metros, era una luz más grande que un lucero. Los testigos dicen que era similar a un farol de la calle. Este objeto realizaba movimientos circulares y zigzagueantes a gran velocidad y sin emitir ruido alguno. Estuvieron mirándolo por espacio de un minuto hasta que Leonardo le dice a su amigo “dejalo de mirar”.

Seguían marcha y conversando hasta que un potente haz de luz blanca muy brillante se les acercó, cubriéndolos y encegueciéndolos por completo.

Momentos después este haz de luz se apagó y comenzó a levantarse una neblina o humo de distintos colores que se esparció para aparecer allí un pequeño ser. Gabriel toma su campera para cubrirse la cara y no ver más, ya que se encontraba muy asustado mientras que Leonardo continuaba mirando.

El ser o “la cosa” como la llamaron, tenía entre 50 y 60 cm. de estatura, era de color marrón y con dos ojos cuadrados de color rojo, no se le vieron brazos, piernas, manos, boca, nariz, nada, sólo estos ojos.

Este ser flotaba en el aire sobre el cordón de la vereda. Realizó un movimiento hacia Gabriel y luego hacia Leonardo mirando fijamente a este último.

El ser de enigmática figura se encontraba a unos 3 metros de distancia.

Gabriel le dice a su amigo Leonardo que “no lo mires más, dejalo” pero éste quería verlo. En esos momentos surge nuevamente el humo de colores detrás del ser, causando su desaparición. El haz de luz de color blanco también volvió a aparecer para enceguecerlos y es allí donde Gabriel lo toca a Leonardo pensando que se lo habían llevado. Este le dice que no y observan el origen de la luz: un gran objeto circular de color plateado de forma ovoide con varias ventanillas.

La luz que los había enceguecido se mete dentro del objeto. A través de las ventanillas se veían seres que se movían de un lado a otro, estos eran de color negro.

El OVNI se encontraba sobre unos terrenos a una distancia de entre 8 y 10 metros de altura. Produciendo un fogonazo se retira a una velocidad impresionante en dirección a los bosques de Peralta Ramos, donde se pierde. Al irse el OVNI produce un zumbido similar al viento.

Al terminar la experiencia Leonardo le pregunta la hora a Gabriel y asombrado éste último le responde que eran “las 5.30 de la madrugada…” Habían pasado cuatro horas y media observando al ser, mientras que para ellos fueron sólo unos pocos minutos. Leonardo sólo sufrió dolores de estómago y vómitos de color oscuro cuando regresó a su casa, según relato de su madre.

Al día siguiente comentaron lo sucedido y los vecinos del lugar les informaron que era común ver “luces extrañas”. Les llamó la atención una fuerte tormenta que se desató en el lugar, provocando cortes de energía eléctrica. Pocos días después también Leonardo junto a su madre observarían otros fenómenos en el cielo, incluyendo objetos moviéndose en direcciones diversas.

La similitud de este caso con lo sucedido a la familia Arias es contundente:

Los haces de luz compactos dirigidos hacia los protagonistas como inicio de los hechos.

Un objeto ovoidal con ventanillas para los dos episodios. El objeto muy similar para ambos incidentes.

Los seres o entidades de características muy parecidas también para ambos casos. A pesar que en el incidente de la Estancia La Dulce eran dos seres, y en el caso La Serena sólo uno, éstos eran de siluetas amorfas, sin brazos, ni piernas, ni nariz, ni boca, sólo esos ojos brillantes en ambos episodios.

En los Arias “los focos parecían constituir la cara de estas siluetas”, eran dos luces rojas y en “la cosa” también eran rojos, cuadrados.

Parecía según Leonardo Fuster que era un “robot”, algo sin vida que estaba allí para investigar. Para Manuel Arias “ellos hacen lo que quieren y luego se van…”

Ambos flotaban sobre el piso. Sus alturas de 0,70 a 1 metro para un caso y entre 0,50-0,60 m para el otro.

Respecto a los animales, en ambos casos no se registraron comportamientos extraños, o no los advirtieron.

Podemos mencionar también como fenómenos asociados las tormentas sucedidas, durante el hecho en un caso, y horas más tarde en el otro, como así también el corte de energía eléctrica durante los hechos del caso Arias y los cortes horas más tarde en el hecho del barrio La Serena.

Aunque tenemos los registros que durante los primeros días de enero se produjo un corte energético en el tendido de Sistema de Interconexión Necochea-Mar del Plata que duró más de una hora, cabe aclarar que los testigos no recuerdan bien la fecha de los hechos vividos por ellos. Pero afirman que sucedió durante la primer semana de enero, según Leonardo y Gabriel.

Luego de estos encuentros, en el caso de la familia Arias de La Dulce, Necochea, los protagonistas quedaron sorprendidos y asombrados por lo vivido. Comenta Arias que ellos “…a lo mejor nos estaban viendo a nosotros… Como es una cosa como esa, a lo mejor nos temen a nosotros y nosotros les tememos a ellos…” La señora de Arias sufrió un shock emocional luego de los hechos por los momentos vividos. Pero hoy está más tranquila, sabe “que están, que están cerca de nosotros y quieren comunicarse…”

En el caso del barrio La Serena luego de los sucesos vividos, tanto Gabriel como Leonardo se sintieron mucho mejor, como si tuvieran más energía. Esto les duró por aproximadamente dos días. Sólo Leonardo Fuster sufrió una descompostura al llegar a su casa.

En ambos episodios los testigos también son protagonistas a posteriori de estos encuentros, de la visualización de otros Fenómenos OVNI, tanto la señora de Arias como Leonardo Fuster junto a su madre.

Otros testigos también verían diferentes manifestaciones OVNI en toda la zona de Necochea y Mar del Plata, antes, durante y después de los hechos.

Sin duda nos encontramos ante dos incidentes muy importantes, sucedidos a pocos kilómetros de distancia uno del otro. Dos encuentros de manifestaciones OVNI con presencia de entidades amorfas, con testigos de buena confiabilidad y de características muy similares, quedando registrados de esta manera dentro de la casuística mundial.

Caso Estancia La Dulce en Necochea, y Caso Barrio La Serena, en Mar del Plata, sucedidos ambos en la costa Sudeste de la provincia de Buenos Aires, en la República Argentina.


Fuentes de Investigación:

-Ecos Diarios de Necochea, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
-Retorno a La Dulce, investigación de Rubén Morales, Buenos Aires, Argentina.
-Revista Cuarta Dimensión Nro. 188, Dirección: Fabio Zerpa, Buenos Aires, Argentina.
-Investigaciones propias de Guillermo Daniel Giménez.

Saturday, November 18, 2017

Misterioso Objeto Volador en la Costa del Pacífico



Misterioso Objeto Volador en la Costa del Pacífico
Por Scott Corrales (c) 2017


Un misterioso avión sobrevoló la costa del Pacífico estadounidense el 25 de octubre de 2017, atravesando los cielos de la región montañosa de California con rumbo a la frontera canadiense.

Los avistamientos en cuestión se produjeron de día, a eso de las 16:20 horas, involucrando un número de pilotos de aviones de línea, el negociado federal de aviación (FAA) y el mando aeroespacial norteamericano (NORAD).

El incidente comenzó cuando la torre de control de Seattle intentaba comunicarse con un objeto sin transpondedor que se negaba a identificarse a una altura superior a los treinta mil pies. El radar primario indicaba tener dificultades en rastrear el objeto, resultando en el lanzamiento de interceptores F-15 desde el aeropuerto internacional de Portland en Oregón.

La página web de Matt Drudge – The Drudge Report – indicó que el aparato “carecía de plan de vuelo, transpondedor, y tampoco transmitía señales para evitar colisiones en el aire.” La web ntd.tv cita el testimonio de un usuario del portal Reddit, presentado originalmente por Tyler Rogoway, que reza así:

“Actualización de las 0500zulu. Llamé a SEA ARTCC. El caballero con quien hablé me dijo que el centro de Oakland les había dado aviso sobre el avión. Por algún motivo les resultaba imposible rastrearlo en el radar primario, y ahí fue cuando escuché que harían uso de aviones de línea para el rastreo visual. El último de los aviones descendió hacia Portland y le perdió el rastro. Los interceptores salieron volando de PDX (Portland), dieron vueltas por algún rato, y eso fue todo”.

[Transcripción aproximada de lo que aparece en las grabación presentadas. La grabación entera está disponible en http://archive-server.liveatc.net/kmfr/ZSE-KMFR-14-15-Oct-25-2017-0030Z.mp3]

Torre: Nivel de vuelo 350
Piloto: Nivel de vuelo 380. Centro, divisamos un avión desconocido en la posición de la 1.
Piloto: Nivel de vuelo 4712
Torre: Roger, ¿nos pueden ayudar, por favor?
Piloto: Ah, avión desconocido en la posición de la 1.
Piloto: Distancia estimada tres siete cero
Torre: Gracias
Torre: ¿Se trata de un contacto visual o...?
Piloto: Negativo, no hay TCAS. Solamente visual
Torre: Delta 4785, cuatro nueve siete
Torre: Oakland Center [secuencia de números]
Piloto: Estimamos que está 12 a 15 millas de distancia, decididamente más lejos de lo que estaba antes. Resulta difícil verlo, pero aún lo vemos ahí.
Torre: 747, está entre el 1 y el 2?
Piloto: Sí, afirmativo - entre la posición del 1 y el 2.
Torre: Delta 500, contactar Oakland Center 11917
Piloto 2: United 612, Seattle.
Torre: Adelante.
Piloto 2: Mirando afuera a la posición de las 3 a una de distancia de cinco millas hay un avión por 370 más o menos
Piloto 1: Sí es un avión blanco a unas diez millas de distancia. Parece que se dirige hacia el norte lentamente.
Piloto 1: Delta 4712, resulta cada vez más difícil verlo, así que definitivamente se aleja de nosotros. ¿Nos puede decir la tripulación de United qué clase de avión es?
Torre: Si, tienen contacto visual ahora. Están unas 20 millas más adelantados a ustedes. Trataremos de obtener más información.
Piloto 1: Bien.
Piloto 2: United 612 aquí. Sí es un punto blanco. Lo vemos, pero no tenemos identificación. Sencillamente está ahí.
Torre: United 612, ¿puede estimar la altura? Mantenga nivel 240. Comuníquese con la torre con 240.
Piloto 1: Sí, parece estar a unos 4000-5000 pies por encima de nosotros.
Torre: 2484 comuníquese con el centro de Seattle.
Piloto 3: [Secuencia de números] tres dos cero siete Yankee
Torre: Comuníquese con el centro
Piloto 3: tres dos cero siete Yankee, gracias.
Piloto 2: United 612 [secuencia de números]. Tenga buen día.
Torre: United 612, ¿me puede actualizar algunas cosas? ¿Todavía tiene aquel aparato a la vista? ¿La velocidad relativa del mismo y su posición?
Piloto 2: Sigue en el punto de través y debe ir a la misma velocidad que nosotros, con un vector muy ligero hacia el este, y como dije, unos tres mil a cuatro mil pies sobre nosotros.
Torre: United 612, Roger. ¿Así que verdaderamente no puede estimar la distancia?
Piloto 2: Sí, continúa a unos diez o quince millas de distancia. Si desconoce el tamaño del avión resulta difícil estimar.
Piloto 4: 3207 Alaska. Tenga buen día.
Torre: Señor, le quiero informar sobre una situación anómala. Trafico a la 1 a la altura de tres cinco cero y tres siete cero. Resulta difícil ver [ininteligible] entre Crater Lake y justo al oeste de Crater Lake.
Piloto 4 (?): Estaremos al tanto.
Torre: United 612, comuníquese con el centro de Seattle 132.07
Piloto 2: 3207, 612, cambio.
Torre: Con base a su última posición conocida a la 1, a 10-20 millas de distancia.
Piloto 1: Aún tenemos contacto visual con el mismo. Uno, dos, digamos 20 millas.
Piloto 2: Sí, lo tengo a la vista.
Torre: ¿Así que lo tiene a la vista?
Piloto 2: Sí.
Torre: Si puede, deme una identificación acerca de qué clase de avión o altura.
Piloto 2: Parece estar a nuestro mismo nivel, y no puedo distinguir el tipo.
Torre: OK, ¿y es de color blanco?
Piloto 2: Si, lo veo de cara al sol.
Torre: Gracias.


Este evento es una de las pocas ocasiones en las que existe un testimonio disponible al público del intercambio referente a un objeto con el aspecto de una "cuña blanca" (white wedge, en inglés). La torre de Seattle - Seattle Control - hizo lo posible por rastrear al intruso a la par que se desplazaba por el valle de Willamette, pero el enigmático objeto no aparecía en los sistemas de prevención de choques (TCAS) en los aviones de pasajeros.

También es una de las pocas ocasiones en que el mando aéreo (MORAD) se pronunció sin ambages sobre la naturaleza del evento. El evento efectivamente incluyó el "scramble" de interceptores F-15C del ala aérea basada en la ciudad de Portland, y los pilotos de varias aerolíneas contribuyeron al seguimiento del "aparato blanco" a una altura de 35,000-40,000 pies. Sin embargo, el despliegue de aviones militares no fue capaz de localizar al intruso sobre las nevadas montañas del noroeste americano. Tampoco resulta muy lógico que los militares sometiesen a prueba un aparato secreto en medio de un corredor aéreo tan activo, disponiendo de enormes zonas vacías en el centro del país, Canadá o Alaska.

Friday, November 17, 2017

Interregno: Avistamientos OVNI durante la crisis de los ‘80



Interregno: Avistamientos OVNI durante la crisis de los ‘80
Por Scott Corrales © 2017

Se puede decir que la primera gran época del fenómeno ovni comenzó en 1947 y duró hasta finales de la década de los ’70 con la aparición de Encuentros en Tercera Fase (1978) y la comercialización del fenómeno. La década de los ’80 marcaría el punto bajo – el nadir, si se quiere – del fenómeno. La popularización excesiva del misterio (situación que se repetiría en el futuro) en combinación con las condiciones económicas mundiales puso fin a muchas editoriales, propició la desaparición de revistas, y llegó a causar la desaparición de muchas organizaciones y grupos de estudio del fenómeno ovni, aunque las más importantes de estas sobrevivieron bajo circunstancias reducidas. Testimonio de esto son las cartas abiertas de la investigadora Coral Lorenzen a sus lectores, advirtiendo sobre la necesidad de replegar las actividades de APRO – incluyendo el cierre de su oficina y el traslado de los archivos a la casa del matrimonio Lorenzen – debido a la falta de fondos. Se vislumbra asimismo la tirantez entre los grupos de estudio, con las correspondientes indirectas sobre la antigüedad que se adjudicaba MUFON en el mundo platillero.

Las prestigiosas revistas que se habían constituido como los caballos de tiro de la ovnilogía en lengua hispana -- Stendek, Contactos Extraterrestres y Mundo Desconocido -- también dejaron de publicarse. Ignacio Cabria García escribe sobre esto en su obra maestra Entre Ufólogos, Creyentes y Contactados: "Al empezar 1982, los ovnis parecían haber desaparecido de los cielos y algunos se preguntaban si se había llegado a la extinción del fenómeno [...] Algunos de los que habían participado más activamente en el desarrollo de la ufología salían por la puerta trasera desmotivados por la falta general de interés en la temática, la parquedad de medios y posibilidades de acción y la pobreza del balance de los conocimientos teóricos alcanzados en tantos años de dedicación."

La situación iría de mal en peor con el transcurrir de los años. En una nota editorial para International UFO Reporter en marzo de 1985, el prestigioso investigador OVNI Jerome Clark describía la situación bajo el titular "A Ufology for the 1980s" (una ovnilogía para los 80): Para comenzar, nunca ha habido un período con tan poca actividad OVNI desde 1947 [...] Queda por verse si la ausencia de actividad OVNI significativa es una aberración o si marca el regreso al estado de las cosas antes de 1947, cuando los OVNIS se veían con tan poca frecuencia que la sociedad en general ni tenía un nombre que darles. Claro está, el lugar que ocupan los ovnis en la cultura popular garantizará la supervivencia de la mitología platillera por buen tiempo, a pesar de la escasez de avistamientos”. No se equivocaba Clark, ya que el hecho de que escribimos esto en el 2017 confirma su don de profecía.

Esto no quiere decir que los ’80 no nos regalaron casos importantes. En EEUU se produjo el caso Cash-Landrum, incidente que expuso a tres mujeres y un niño a dosis descomunales de radiación proveniente de un objeto desconocido a nivel de la carretera, artefacto de alegada procedencia no-humana que posiblemente era un aparato militar propulsado por una fuente nuclear; en el Reino Unido se produjo el “incidente de Bentwaters” que enfrentó a tropas británicas y norteamericanas con lo desconocido, y que aún se hace sentir en la actualidad. Un gran silencio se apoderó de la década hasta 1987 con la reanudación de actividad ovni en Puerto Rico (Laguna Cartagena) y la oleada de Wytheville, Virginia, en EEUU, marcando el comienzo de la segunda gran época, dominada por el fenómeno de las abducciones y la “ovnilogía mediática”, cuyo fuego fue atizado por la aparición de la serie Expedientes X.

Pero este interregno del misterio o “edad media” tendría sus propios misterios y casos dignos de interés.

La oleada de 1981

Los habitantes del estado de la Florida se vieron alarmados por un enorme y fugaz destello de luz el 19 de abril de 1981 que pudo verse desde los cayos hasta la distante ciudad de Panama City. Las autoridades explicaron el hecho como una "espectacular tormenta de meteoritos". Hubo quien disputó esta explicación, entre ellos el piloto de línea Richard Houghton, quien afirmo haber visto "un enorme vehículo de color verde azulado, gigantesco, que estalló en llamas al descender hacia el horizonte. El piloto Houghton dijo haber presenciado innumerables lluvias de meteoritos desde la cabina de su avión, pero nada de tal magnitud. Otros testigos afirmaron que la luz provenía de "una gran llamarada anaranjada y amarilla, con el brillo de una llama de oxicorte". Por su parte, la NASA aseveró que no tenía conocimientos de la reentrada atmosférica de ninguna chatarra ni aparato espacial.

Días antes, los vecinos de Windsor, Vermont habían dado parte sobre algo sumamente raro. El 15 de abril de 1981, Linda Kingsbury y Lucy Slothower regresaban a su lugar de trabajo - la estación de radio local - a las 19:30 horas cuando percibieron dos luces en la distancia. Una de estas luces era blanca y brillante, mientras que la otra era más tenue. Al acercarse a las luces, pudieron ver que se trataba de un objeto triangular con más luces visibles en el fuselaje. El objeto voló sobre ambas mujeres, emitiendo un zumbido denso. Su testimonio se vería corroborado por el de Jane Libby, quien miró al cielo a las 19:30 aquella noche cuando su hijo Andrew apuntó a una fuente de luz en el cielo. Describió la luz como "muy grande y con un gran faro, y entre seis a ocho luces en su costado".

Meses antes, Pennsylvania había presenciado la llegada de uno de los famosos "bumerangs" que se convertirían en uno de los objetos más vistos en el cielo a finales de la década. El 5 de febrero, los habitantes de Duncannon escucharon un fuerte sonido que retumbaba en los alrededores. Los que se atrevieron a salir de sus casas esa fría noche de invierno vieron un "bumerang con al menos 5 luces por detrás y muchas más al frente". Según la descripción ofrecida, el objeto era tres veces mayor que un 747 y volaba a una altura considerable.

También se daría en Pennsylvania un interesante encuentro cercano del tercer tipo (CE-3) el 14 de febrero de 1981 cuando una niñera de diecisiete años se asomó por la ventana a una y media de la madrugada para ver un objeto con tres luces blancas que parecían ocupar las puntas de un triángulo equilátero que se desplazaba lenta y silenciosamente sobre los tejados de las casas vecinas.
Según la joven, el objeto tenía luces más brillantes que otras, y una ventana transparente con separaciones metálicas, y dos ventanas envolventes que se extendían a lo lado de la nave. Una luz opaca, como la de una linterna de pilas, salía del fondo de la extraña nave, casi llegando a tocar la superficie del pavimento.

Lo más alarmante es que la chica pudo ver a los tripulantes del aparato: dos seres humanoides con cabezas abultadas, ojos rasgados, orejas que parecían agallas y dos agujeros en lugar de una nariz. Uno de los seres parecía estar sentado mientras que el otro estaba de pie ante un ‘tablero de instrumentos’ que irradiaba luz blanca. La niñera pudo describir que el tripulante parado tenía un cuello largo y delgado, hombros anchos, piel pálida y lisa, y brazos normales.

Tras de presenciar esto por un espacio de quince minutos, la niñera volvió a la sala de la casa. El televisor – encendido hasta entonces – se había apagado, detalle que la alarmó más que haber visto los personajes no humanos. Levantó el teléfono y se comunicó con sus padres. Cuando estos llegaron a las dos y media de la madrugada, el objeto ya no estaba. El caso fue elevado a la organización investigativa APRO (Aerial Phenomena Research Organization).

El fenómeno OVNI parece haberse sentido muy a gusto en Pennsylvania durante aquellos meses de invierno a primavera. Los meses de abril y mayo de 1981 estuvieron repletos de casos, como el avistamiento en la ciudad de Hershey, en la que dos mujeres vieron un objeto silencioso volando sobre las copas de los árboles, estimando sus dimensiones como “el doble de una casa, con múltiples luces brillantes y antenas que cubrían la superficie del aparato”.

Al otro lado del país, el Sr. Jim Herburger regresaba a su hogar en Sonora, California, en el mes de marzo de aquel año. Habiendo pasado una velada muy agradable con amigos, Herburger se sorprendió al ver un enorme objeto de forma tubular a través del parabrisas de su vehículo. El OVNI fusiforme tenía unos cincuenta pies de largo, un grosor estimado de quince pies, y colgaba en el oscuro cielo de la madrugaba a quinientas yardas del borde de la carretera. Sin pensarlo dos veces, el testigo detuvo su coche y salió a echar un vistazo. En cuestión de segundos, llegó a ver dos objetos brillantes con forma de platillo que aparecieron de la nada, manteniéndose estáticos hasta que uno de ellos salió volando hacia el suroeste a gran velocidad. Herburger afirmó haber podido escuchar "un zumbido, como el de una colmena de abejas" cuando el primer platillo se alejó. El segundo objeto se acopló a la nave nodriza fusiforme y ambas estructuras desconocidas se alejaron, también en rumbo suroeste. El testigo estimó que su avistamiento tuvo una duración de veinte minutos, y que ninguno de los objetos volaba a mayor altura que los quinientos pies.

El 24 de abril de 1981, una mujer y su hija adolescente conducían a lo largo de un camino rural en Traverse City, estado de Michigan, junto antes de la medianoche cuando detectaron un par de luces en el cielo que se acercaban a velocidad vertiginosa. Detrás de las luces pudieron ver “un par de alas de murciélago curvas, cubiertas de luces rojas, verdes y blancas” que no emitían sonido alguno. El objeto estuvo visible por cinco minutos, jugando con el vehículo de las dos mujeres y pasándole justo por encima. La hija afirmó haber llegado a ver docenas de luces de colores en el fondo del aparato desconocido, y lo que parecía ser dos grandes compuertas.

¿Habrá sido este el mismo vehículo que llenó de asombro a los residentes de Tewksbury, Nueva Jersey, el 12 de mayo de aquel año? Tan solo semanas después del caso de Michigan, Earl Richards y sus dos hijos mayores se extrañaron al ver que la luz de su hogar se atenuaba a eso de las nueve de la noche. Al ver luces en el exterior, salieron a investigar, aunque no esperaban ver un enjambre de luces verdes, azules y rojas que parecían cernirse en torno de un enorme aparato volador, de mayor envergadura que cuatro o cinco aviones Boeing 747 combinados. La familia entera salió a ver el objeto, que se deslizaba sobre sus cabezas sin hacer ruido alguno. Describieron su velocidad como la de un avión a punto de aterrizar.

Las luces de su barrio parpadearon, y algunas casas perdieron el suministro eléctrico por espacio de dos horas. Un equipo de reparación de la Jersey Central Power and Light informó que un transformador había quedado inservible sin ningún motivo aparente.

A 1981 le corresponde el honor de haber tenido una de las fotografías ovnis de mayor nitidez captadas hasta el momento.


La foto fue tomada en Canadá en el mes de octubre de aquel año por la señora Hannah Roberts de Campbell River, Colombia Británica (Canadá) mientras que su familia gozaba de una semana de vacaciones al norte de Kelsey Bay en la costa oriental la isla de Vancouver. La señora Roberts tomó numerosas fotos de su familia y el paisaje circundante con una cámara Mamiya de 35 milímetros. Al regresar a su pueblo de origen y revelar las fotos, se quedó sorprendida al ver un extraño disco de metal en el firmamento sobre una de las montañas vecinas. La sorprendente imagen fue enviada al director del planetario McMillan de Vancouver y posteriormente a la organización APRO, que la dieron por buena tras un análisis minucioso.

Las luces fugaces de 1982

El segundo año de la década comenzó con avistamientos de luces nocturnas – los casos CE-1 que el distinguido Ivan T. Sanderson aconsejaba descartar enseguida, puesto que aportaban poco a la investigacion del fenómeno.

Un reportero del periódico Bakersfield County Courier de la comunidad epónima en el estado de Vermont en el noreste de EEUU salió de su casa el 8 de febrero a cortar leña a eso de las 23:00 horas. Enfrascado en su tarea, se detuvo para para contemplar una “estrella anaranjada” que brillaba en el cielo. Entró a su cabaña para tomar sus prismáticos, y al salir, observó que la “estrella” se había acercado y estaba entre los mil y dos mil pies de altura, permitiéndole ver que se trataba de un enorme aparato volador con una constelación de luces azules, moradas y anaranjadas bajo sus alas. La nave se detuvo por unos segundos antes de salir disparada sobre las montañas a una velocidad prodigiosa. El testigo agregó que la extraña aparición emitía un sonido no del todo disimilar al de un bombardero B-52.

El 12 de enero, John y Calista Kristensen, matrimonio radicado en el pueblo de Brattleboro, estado de Vermont, vieron una doble hilera de luces rojas en el cielo, seguida por otra luz roja, que a su vez era seguida por una luz blanca pulsante. Otra pareja compartió el avistamiento desde otra perspectiva, llegando a ver una hilera de cuatro luces rojas parpadeantes seguida por una quinta luz. La Sra. Elaine Collins, junto a su esposo y suegra, se desplazaban cerca de la aldea de Ascutney a las 18:30 cuando vieron las misma formación de luces.

El vecino estado de Nueva Hampshire tendría sus propios visitantes anómalos el 26 de febrero. El matrimonio Ross de la comunidad de Pembine dijo haber escuchado un sonido silbante e intenso a eso de las 22:30 horas. Al mirar por la ventana, se quedaron estupefactos al ver un objeto discoidal con un resplandor fosforescente, según afirmaron. El platillo – descrito como un “pie pan” (molde para pasteles) – contaba con dos grandes faros que causaban un resplandor sobre la superficie a cien yardas de distancia. El aparato de procedencia desconocida voló lentamente sobre el pantano que ocupaba el espacio entre las dos crestas montañosas de la región, despareciendo al llegar a la arboleda. Lo más extraño de todo, agregó el Sr. Ross, es que el objeto era totalmente silencioso, a pesar de haber anunciado su presencia con el agudo sonido silbante.

En el estado de Washington, a miles de kilómetros de Vermont, un joven y su novia conducían a lo largo de la Interestatal 5 a las dos de la madrugada cuando el joven percibió una luz en su retrovisor. Pensando que alguien les acechaba, el chofer hizo lo posible por esquivar a su perseguidor, aunque infructuosamente. Finalmente, se decidió a enfrentar a los desconocidos. Detuvo su camioneta en la cuneta entre las poblaciones de Seattle y Astoria.

Esperando ver un vehículo lleno de posibles malhechores, la pareja que se quedó sorprendida al ver que se trataba de un objeto cilíndrico con dos luces anaranjadas y un gran faro blanco, desplazándose lentamente sobre las copas de los grandes pinos del noroeste americano. Se quedaron boquiabiertos al contemplar el objeto, que estaba envuelto en una niebla muy curiosa.

El chofer decidió bajarse de la camioneta, y justo cuando lo hizo, quedó cegado por una poderosa descarga de luz. “Sentí como algo ahí me estaba mirando, me examinaba,” diría posteriormente. El objeto se acercó a unos doscientos pies del vehículo, obligando al joven a reintroducirse en el habitáculo. Encendió el motor de nuevo y se alejó del lugar, tal vez evitando así pasar a los anales de la historia ovni como un desaparecido más.

En el estado de Colorado, Terry y Marilyn Wejs conducían por las montañas de regreso a su hogar en Oklahoma cuando observaron algo curioso en el cielo nocturno el 18 de febrero.

Conduciendo su automóvil a través de la ciudad de Pueblo, Colorado, Terry, que iba al volante, decidió tomar la carretera 50 Este. Dentro de poco llegaron a la aldea de La Junta, donde vieron un haz de luz en la distancia que parecía iluminar una granja desde lo alto de un acantilado – algo que resultaba imposible a primeras, puesto que la zona carecía de promontorios. Al paso que el coche se acercaba a la enigmática columna luminosa, Terry pudo ver que no se trataba de una sola columna de luz, sino dos, con el aspecto de “latas de Coca Cola iluminadas”, provenientes de un objeto situado a dos mil pies de altura. En ese momento, decidió despertar a Marilyn para que también fuese testigo del inusitado suceso, pero el objeto ya había desaparecido, sumergiendo los alrededores en una oscuridad casi pegajosa.

El objeto reapareció de repente, bañando el auto del matrimonio Wejs con una luz blanca que trataron de esquivar. Como si jugase con el vehículo, la luz desaparecía y reaparecía a lo largo del trayecto, acercándose y alejándose mientras que el chofer hacía lo posible por acelerar fuera de aquella zona. Sintiéndose acorralados por el desconocido, la pareja decidió detenerse por completo en otra aldea hasta la salida del sol.

Sunday, November 12, 2017

Guillermo Giménez: Las Misteriosas Maniobras de los Hombres de Negro




ALGUIEN NOS VIGILA - LOS MISTERIOSOS HOMBRES DE NEGRO
Un trabajo de Investigación de:
GUILLERMO DANIEL GIMÉNEZ(*)

EL SER DEL EXTRAÑO LENGUAJE


El ladrido de los perros despertó a Joseph Henslik, en Greenland, Long Island, Nueva York, una mañana de octubre de 1967. Al mirar hacia fuera quedó visiblemente sorprendido, un extraño objeto circular revoloteaba por el edificio de Correos, cercano a su casa. Apresurado tomó su máqui¬na fotográfica y corrió hacia el patio. Descargó su rollo de película contra el disco luminoso, que llevaba una torreta en su parte superior. En ella, se divisaban ventanas. Como el objeto se hallaba a poca altura, fácil fue suponer que las fotografías resultarían excepcionales. Pero, lo que Henslik no tuvo en cuenta apareció luego: dos días después que le fueron devueltos los negativos (que eran realmente nítidos), fue visitado por una pareja de hombres desconocidos. Cuando regresó a su casa -a una hora tan imprevista como las 3 de la mañana-, se encontró con que lo estaban esperando. Eran de estatura mediana, cabello negro y tez profun¬damente morena. Ambos vestían ajustados pantalones negros, jerseys del mismo color (hasta el cuello) y una campera que -según el dueño de casa¬- semejaba la chaqueta negra de un smoking o pijama.

“Queremos hablar con usted -interpeló uno de ellos en un idioma singu¬lar, con ligero acento escandinavo-, pertenecemos al gobierno".

Sigue el testigo diciendo que no le mostraron absolutamente nada, pues "pertenecían a una agencia secreta del Estado". Más tarde se explayaron en detalles sobre la vida íntima de Joseph que éste quedó francamente impresionado. "Sabemos que usted ha tomado fotografías que pueden ser consideradas como auténticas y en nombre de su familia, el Gobierno y el mundo, le pedimos que nos las entregue”. Los visitantes recibieron como respuesta una confusa explicación, donde se les comentaba que no habían vuelto de la casa reveladora. Prometieron regresar al día siguiente. Fue cuando Henslik examinó con la lupa los negativos y descubrió algunas marcas muy claras en el OVNI (pero la copia estaba borrosa para permitir una lectura clara).

"Si hubiera hecho yo las copias hubiera conseguido más sombra en torno a las ventanillas del artefacto. Pero, lo que más me preocupaba era el retorno de aquellos personajes. Fue exactamente a las 3 de la mañana del día siguiente a la primera visita, que aparecieron. No dos, sino tres. Todos vestidos de negro. De nuevo me amenazaron vagamente cuando negué las copias. Por ultimo les dí los negativos. Los revisaron tranquilamente con una linterna. Luego, se marcharon, advirtiéndome de que no hablase una palabra ni mencione las fotos”.

Para sorpresa mayor del testigo, no alcanzó a ver vehículo alguno que los trasportase, pese a que vivía en las afueras y hubiesen necesitado uno.

¿Cómo salieron de aquel lugar?. Nunca se supo. Sin embargo, las miste¬riosas maniobras de los Hombres de Negro siguieron impunes.


LO IMPOSIBLE HECHO REALIDAD


El biólogo Ivan T. Sanderson (fallecido en circunstancias no muy claras), detalla con lujo de detalles un nuevo encuentro “con lo imposible” en su libro “Uninvited Visitors”. Veamos lo sucedido:

“En su momento se presentó ante la puerta de una familia que había sido testigo de la aparición de un OVNI, la persona más singular que puede imaginarse. La noche era muy fría, el individuo llamó a la puerta y se anunció como agente de seguros. Tendría unos siete pies de estatura (1,75 mts), cabeza pequeña, piel blanquecina, miembros muy delgados denotando una fuerte constitución. Dijo buscar a un caballero que tenía el mismo nombre que el dueño de casa, ya que podría haber heredado una fuerte suma de dinero. Llevaba además un gorro de piel con visera y un traje negro. A pesar de la bajísima temperatura, no tenía nada encima del traje. Al entrar mostró una tarjeta de tipo oficial (aparentemente), y la guardó en un siantamen. Al cabo de un rato, mientras charlaba, dejó ver debajo de su "americana” sobre la camisa, una placa oficial, que inmediatamente cubrió con la mano, quitándosela. Pidió exactamente cuarenta minutos para formular preguntas. Cuando se le dijo que sí, pasó treinta de ellos refiriéndose a una cicatriz que el dueño de casa tenía en el pecho, desarrollando detalles que ni siquiera eran conocidos por los mismos familiares. Luego se levantó para irse. Los diez minutos finales los pasó facilitando a los asombrados interlocutores, un largo e intrínseco acertijo, pidiendo ayuda para resolver el enigma. Acto seguido, se fue. Mientras duró la entrevista, la hija mayor de la casa sintió viva intriga porque –al resbalar el pantalón del extraño visitante hacia arriba- por las huesudas piernas divisó un cable verde, que le salía por debajo de los calcetines y ascendían por la pantorrilla, hasta incrustarse en la carne, en dos puntos separados por una cicatriz de 2 ó 3 centímetros de largo. Como consecuencia de ello, la chica se ocultó en la parte trasera de la casa y observó la salida del hombre. No había luces y el lugar estaba oscuro. Sin embargo, pudo apreciar un coche negro, sin placa, que salió de un camino cercano proveniente del bosque lindante. Había más de dos hombres en su interior. El individuo subió y desaparecieron en la ruta”.

Hasta aquí el relato. El testigo nunca más habló acerca de lo observado.



EL INCIDENTE DEL OFFICIAL UFO


El informe a presentar a continuación, fue lo ocurrido el 16 de septiem¬bre de 1977, en la revista norteamericana Official UFO, y que fuera publi¬cado en la edición de enero de 1978, de la misma.

Este es el relato de sus directores:

"Al igual que mucha gente, nosotros tampoco creíamos en aquellas histo¬rias escalofriantes en las que se habla de Organizaciones Secretas que no obedecen a ningún gobierno conocido y cuyas intenciones suelen ser destructoras. Hasta ese momento creíamos que la gente suele echar a volar su imaginación y crear personajes cuya realidad es nula, pues son producto de la fantasía.

"Pero algo nos ocurrió. Aquellos a quienes se llama H.D.N. (Hombres de Negro), nos “visitaron” personalmente y robaron nuestro archivo secreto: ahí realmente comenzamos a creer en todas aquellas extrañas historias que circulan en toda la extensión de nuestro territorio.

"Eran las seis de la tarde, nuestras oficinas ya estaban cerradas y la gente se había retirado, a excepción del editor Jeff Goodman, quien se había quedado trabajando hasta tarde en un proyecto especial. Sonó el teléfono, desde el otro lado de la línea un hombre habló con voz profunda; decía: “Por su seguridad personal le hago esta advertencia: no indague demasiado a fondo en lo que usted denomina '’Fenómeno OVNI". Evidentemente, usted desconoce la profunda seriedad de lo que investiga. El precio que puede usted llegar a pagar por tus indiscreciones dentro de este campo es mucho más tremendo de lo que usted imagina. No dijo más, un ligero “'click” indicó que mi interlocutor había dado por finalizada la comunicación. "U¬na patraña más -pensé- de las tantas que ocurren a diario en la redacción”. Fui escéptico, no creí en esa amenaza. Actualmente puedo decir que ser demasiado escéptico puede resultar muy peligroso.

”A partir de esa llamada comenzaron una serie de acontecimientos que pusieron en prueba el sistema nervioso de nuestro grupo de trabajo.

“Todos notamos ligeros cambios en la redacción. Los teléfonos sonaban sin que nadie respondiera al levantar el auricular.

"De pronto emitían ruidos sordos, sin motivo aparente; el tono de mar¬car a veces cambiaba por un molesto zumbido. Pensamos que habrían sido intervenidos. Nuestro editor asociado, Charles Cowley dijo que había reparado durante varios días consecutivos en un automóvil sedán negro es¬tacionado frente a su residencia de Long Island. Luego de dos semanas de silencioso estacionamiento, dicho coche había desaparecido misteriosamente.

"A la vez, el mismo coche que estaba estacionado frente a la casa del editor asociado había sido visto estacionado, pero... frente a las ofi¬cinas de la revista Official UFO, en pleno Nueva York.

“Cuando Cowley se percató de algo tan insólito como esto, algo así co¬mo un caso de bilocación, pensó que estaría sufriendo algún ataque de paranoia debido al exceso de trabajo; pero luego se dio cuenta de que todo lo que él no había querido hacer era enfrentarse con la verdad, la rea¬lidad total y absoluta. La llamada telefónica había sido efectuada con la finalidad de hacernos una advertencia y la amenaza se estaba cumpliendo; nosotros éramos continuamente vigilados y dicha vigilancia se encontraba a cargo de personas que pertenecían a una organización muy bien equipada e informada, puesto que sabían quienes éramos cada uno de los que for¬mábamos el grupo de trabajo del Official UFO; asímismo sabían a qué lu¬gares llamarnos a diferentes horas del día o de la noche; conocían per¬fectamente a qué tipo de información teníamos acceso.

"Durante el transcurso de estos acontecimientos ocurrió algo interesantísimo. La sección Departamento de Arte de nuestra revista había to¬mado esos días a un nuevo asistente. Su nombre era Ron, su apellido era muy difícil a tal punto que jamás lo logramos recordar. Ninguno de nosotros en un principio, notó algo extraño en él. Parecía ser un buen compañero de tareas, nada en él daba lugar a sospechas; era de altura mediana, del¬gado, pelo rubio, ojos grises verdosos, su voz era agradablemente profunda. No hablaba mucho con nadie, pero cuando lo hacía demostraba poseer una información muy completa sobre la temática OVNI; naturalmente esto no llamaba nuestra atención, pues todo el personal de la Editorial conoce e inclusive era aficionado al tema.

"Lo que nos resultó harto extraño fue que el tal Ron tenía acceso a información secreta dentro de la Editorial. Dos de los miembros del grupo de la redacción notaron en él extrañas actitudes cuando tenía que ac¬tuar social y no laboralmente. He aquí un ejemplo: una vez salió a almor¬zar con una de las secretarias de redacción, cuando llegó el momento de comenzar a comer dio muestras evidentes de no saber usar los cubiertos, luego cambió de opinión y pidió un sándwich, lo comió con las manos. La secretaria le preguntó qué le ocurría, el no respondió, pero la miró de una forma glacial.

“Al día siguiente de este incidente, el editor Cowley recibió desde su despacho otro mensaje telefónico. La misma voz grave de la vez ante¬rior. Sus palabras fueron: “Escuche con atención. Usted no se imagina cuan cerca suyo se encuentra la muerte. Se le advirtió por su propio be¬neficio. Usted está siendo vigilado. Todo movimiento es cuidadosamente monitorizado. Tenga cuidado, pues tiene usted en su poder unas fotografías tomadas por un fotógrafo de la Editorial que son extremadamente secretas. Si usted llega a publicarlas sería un suicida”. Luego hubo un silencio prolongado y el conocido "Click”.

"Cowley quedó estupefacto, sus manos temblaban cuando colgó el recep¬tor. Ignoraba de qué fotografías se le estaba hablando. Muy pronto lo su¬po; uno de los fotógrafos independientes de nuestra Editorial había logrado fotografiar, sin proponérselo, una extraña figura humanoide de que parecía ser de aire por lo transparente; detrás de dicha forma y suspen¬dido en el aire aparecía una forma oval, plateada. La foto fue casual; él había ido a tomarle una foto a un médico psiquiatra que estaba atendiendo a una persona que decía haber tenido un encuentro con seres extraterres¬tres y se pensaba en una alucinación, pero cuando estaba llegando a la casa de dicho profesional en Petulie, Ohio, vio lo que narré en los párrafos superiores y que logró fotografiar.

"El fotógrafo Jack Blackeley fue llamado a nuestras oficinas, acudió con las fotos en cuestión, todos las vimos, de inmediato las guardamos en la caja fuerte que es donde se encuentra el archivo confidencial; luego nos fuimos a nuestras respectivas casas.

"Al día siguiente nos encontramos con una gran sorpresa. Tres hombres vistiendo trajes oscuros y gafas de sol irrumpieron en la redacción, se dirigieron directamente al despacho del editor.

"Le preguntaron dónde las había guardado.

"Jeffrey Goodman aparentó no saber de que le hablaban. Sólo uno de ellos hablaba: "Usted sabe muy bien a que me refiero" y comenzó a empujar suavemente pero en forma firme a Goodman hacia el enorme ventanal, en el pi¬so 12 sobre Park Avenue. "Si no me dice dónde están las fotos, en dos mi¬nutos ya no estará vivo; cada segundo lo acerca más y más a su propia muerte". Sus cómplices lo revolvían todo, destrozaban, forzaban cerradu¬ras. Nosotros, junto al editor asociado Jack Cowley, tratábamos de abrir la puerta en vano, estaba muy bien asegurada. De pronto, silencio total solo escuchamos: "Usted, Mr. Goodman, es un tipo de suerte”. Habían en¬contrado las fotografías comprometedoras. Luego se retiraron como habían llegado, ignorando a todo el mundo. Extrañamente, la Policía qué había si¬do llamada en el instante en que los "Hombres de Negro" irrumpieron en nuestras oficinas, apareció cuando éstos ya habían desaparecido.

"La sospecha de quién puede ser esta gente no da lugar a muchas suposiciones; evidentemente, el Pentágono acoge en su seno a una organización no sólo formada por seres humanos, sino también humanoides."

Hasta aquí lo expuesto por la revista norteamericana.

Una nueva víctima de los peligrosos Hombres de Negro, buscando material confidencial, continuando con su tarea amenazadora.

...


Desde: Crónica Subterránea
Agradezco a la amiga: Débora GOLDSTERN - ARG -
http://cronicasubterranea.blogspot.com.ar/search/label/Guillermo%20Gim%C3%A9nez?updated-max=2009-08-12T10:16:00-03:00&max-results=20&start=10&by-date=false

Informó: Guillermo Giménez, desde Arg