Monday, January 23, 2017

D. Scott Rogo: Abducciones y lo Paranormal



D. Scott Rogo: Abducciones y lo Paranormal
Revista SAGA UFO REPORT Diciembre 1980

[El parapsicólogo D. Scott Rogo fue una de las figuras más impresionantes de la investigación paranormal de los ’70 y principios de los ’80 hasta su trágico asesinato en 1990 por manos desconocidos. Rogo escribió un artículo muy interesante y extenso sobre el fenómeno de las abducciones una década antes de la ‘fiebre abduccionista’ desatada por el libro Comunión de Whitley Strieber. Me he tomado la libertad de traducir un extracto significativo de su escrito – Scott Corrales]

El motivo por el cual tantos abducidos por los OVNI padecen plagas psíquicas sigue siendo un misterio. Algunos ovnílogos han argumentado que el secuestro ovni produce una alteración – o modificación - permanente del cerebro y de la mente de la persona que experimenta el suceso. A raíz del evento, puede recibir dones psíquicos capaces de dar lugar a fenómenos poltergeist espontáneos a la par que tales poderes se desarrollan. Sin embargo, esto no puede explicar el hecho de que la mayoría de los secuestrados experimentan efectos poltergeist solo después de haber recordado sus experiencias, ya sea bajo hipnosis o de manera espontánea.

El investigador Jerome Clark ha ilustrado este punto en un caso concreto. Por 1977, Clark estaba investigando el caso de un hombre en Illinois (USA) que había sufrido una típica “laguna de tiempo” a sazón de un secuestro ovni tiempo atrás. Valiéndose de la hipnosis, Clark y un colega pudieron ayudar al testigo a recordar lo que sucedió durante el avistamiento inicial. El testigo comenzó a narrar su vivencia según lo anticipado, describiendo la forma en que fue llevado a bordo de un ovni, historia que surgió gradualmente al paso de una larga serie de regresiones. Durante el transcurso de la investigación, el testigo sorprendió a Clark con una serie de llamadas telefónicas urgentes en las que se quejaba de disturbios psíquicos en su hogar: ruidos atronadores que se producían en su hogar a horas intempestivas, como si alguien golpeara un mazo contra los muros. El pobre hombre no era capaz de hallarle una respuesta normal al asunto, y Jerry Clark se dio cuenta de que estaba enfrentando un fenómeno poltergeist.
Así que aquí nos enfrentamos a un caso típico de “efectos colaterales” de lo paranormal, pero uno que estaba claramente relacionado a los recuerdos del secuestrado sobre el evento de la abducción y no al secuestro en sí.

En tales casos, me parece que la tensión psicológica del recuerdo es la causa de los disturbios. Sabemos que un poltergeist se produce cuando la mente humana ya no puede lidiar con los conflictos, la ira y la hostilidad, y tiene que desahogarse. Si el individuo no puede expresar su hostilidad de forma normal, parece como si su inconsciente se hace cargo de la labor al desatar una tormenta psicokinética, resultando en un poltergeist. Por este motivo, las víctimas de los poltergeist suele ser gente reprimida y emocionalmente cohibida. El testigo ovni, al recordar su encuentro, puede ser el candidato ideal para una ataque poltergeist. La angustia causada por el recuerdo – fruto del miedo, la duda, el conflicto y la ira contra los secuestradores – bien puede catalizar una invasión de poltergeist, puesto que el testigo carece de un “objeto” o “persona-objeto” contra la que puede arremeter.

Aparte de los efectos puramente paranormales, muchos abducidos seguirán teniendo contactos alienígenos por muchos años. Estos contactos pueden manifestarse bajo distintas formas. Algunos individuos como la Sra. [Betty] Hill y la Sra. Gruen tendrán más avistamientos. Otros permanecerán en contacto mental permanente con los alienígenas secuestradores. Charles Hickson, la víctima principal en el famoso caso Pascagoula de 1975 en Misisipí (USA) corresponde a esta categoría. Hasta llegó a decirle al escritor Ralph Blum que sentía que los secuestradores no humanos “estaban en su mente” de alguna forma, y que para verlos “solo tengo que cerrar mis ojos”, declaración que aparece en el libro Beyond Earth de Blum. Hickson ha tenido contactos alienígenas adicionales pero se niega a hablar sobre ellos. Más inverosímil aún es que algunos secuestrados llegan a enfrentarse a seres alienígenas en sus propios hogares. Estas experiencias a menudo suceden en horas de la noche, cuando las criaturas se materializan justo en medio de las recámaras de las atónitas víctimas.

Es curioso que muchas de estas “visitaciones nocturnas” parezcan ser tan solo parcialmente físicas. Tampoco es raro que sean criaturas bañadas en luz. Un ser de este tipo fue presenciado por la Sra. Betty Andreason tras su secuestro en 1967, caso conocido por el público en general gracias a Raymond Fowler, uno de los investigadores originales del caso, quien ha escrito un libro sobre el tema. The Andreasson Affair es, sin duda, uno de los libros más singulares sobre el tema de los secuestros OVNI que se haya publicado en fechas recientes.

En 1956, Jan Whitley y Emily Cronin, compañeras de casa, compartieron un encuentro cercano del tercer tipo mientras que conducían de vuelta a Los Angeles, California, a lo largo de la carretera Ridge Route desde las montañas Tehachapi. Era tarde y ambas mujeres decidieron detenerse en la cuneta para descansar. Dormitaban cuando se vieron despertadas abruptamente por un ruido uluante que sacudía su automovil, zarandeándolo de un lado a otro. EMily recordaría posteriormente que un grupo de seres alienígenas se había acercado al vehículo mientras que dormitaban para poder mirar mejor no solo a ella, sino a su hijo, que viajaba en el asiento de atrás. Emily tendría experiencias posteriores en el condado de Kern, California: era de noche y detuvo el auto cuando se fijó en un OVNI con forma de burbuja al lado del camino. Experimentó un desdoblamiento repentino durante el cual se comunicó con los "tripulantes" de la esfera, y hasta llegó a internarse dentro de ella, por lo que parece.

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