Saturday, October 19, 2013

OVNIS: Policías y prototipos en la oscuridad




OVNIS: Policías y prototipos en la oscuridad
Por Scott Corrales © 2013 – Arcana Mundi

A pesar de que vivimos en una etapa de la ovnilogía entregada a la devoción por Roswell y la quimera del “destape” pregonado por intereses creados, aún resulta posible zambullirnos en la aguas del pasado para encontrar casos realmente fascinantes que nunca se dieron a conocer en su momento. El descubrimiento de estas antigüedades es de importancia crítica.

Entre ellos figura el incidente acaecido en la comunidad de St. Helens, estado de Oregón, el 17 de marzo de 1981, durante una de las eras de menos interés por el fenómeno ovni desde el comienzo de su “etapa moderna” en 1947, y curiosamente, en el mismo vecindario geográfico que el incidente del Monte Rainier presenciado por el piloto Kenneth Arnold.

En fechas recientes, el locutor Clyde Lewis del programa radial Ground Zero hizo mención del caso y del informe original recopilado por Greg Ford quince años después del avistamiento ovni. En su trabajo “What Was That Light and Sound Over the Columbia River?” (¿Qué fue aquella luz y sonido sobre el rio Columbia?), Ford describe la patrulla rutinaria del sargento Russel Yokum del departamento de policía de St. Helens, que le llevaba a lo largo de la ruta 30 al oeste del majestuoso Columbia.

A las cuatro y media de la madrugada de aquel brumoso día, el policía presenció algo nunca antes visto: una luz de extraordinaria brillantez que avanzaba a lo largo del rio con rumbo al este. A pesar de que el aeropuerto de la ciudad de Portland se encontraba a veinte millas de distancia, y ver aviones sobre la región era algo común, la magnitud del foco de luz superaba la iluminación del faro de un avión de pasajeros, con un color anaranjado que hacía parecer que el sol estaba saliendo del agua.

El sargento Yokum, convencido de que la luz no provenía de un artefacto normal, estableció contacto radial con el cuartel en St. Helens, regresando al pueblo para observar la luz más detenidamente desde el edificio del tribunal del condado, a las orillas del rio Columbia. Otros testigos, intrigados por el fenómeno, se darían cita con el sargento en dicho lugar, incluyendo los oficiales de patrulla Ricky Cade y Tom McCartney de la policía estatal de Oregón.

Por casualidad, el sargento ya había establecido contacto con un operario de radio CB (banda ciudadana, 27-MHz (11 m) llamado Donald Lee Atkins (el apellido también aparece como “ Askins” en algunos informes), vecino de la población de Ridgefield al suroeste de St. Helens, quien había captado la intrigante transmisión radial. El ciudadano había informado al policía que la enigmática luz estaba posada sobre las aguas del rio, “alumbrando la zona entera como si fuese de día”. La intensa bruma sobre la superficie del Columbia, que ocultaba el foco anaranjado, producía un efecto de movimiento que confundió a los agentes del orden público.

Lo verdaderamente curioso del caso – hecho aludido por el locutor Lewis al público de Ground Zero – es que el objeto comenzaba a emitir un sonido erizante y de volumen elevado. Askins podía escucharlo claramente, y ofreció colgar el micrófono de su radio CB por afuera de la ventana de su hogar para que los policías pudiesen escuchar el ruido. Por suerte, los agentes disponían de una grabadora en la patrulla para grabar su conversación y el extraño zumbido, descrito como parecido “al de la turbina de una central energética”.
Según las descripciones ofrecidas por los uniformados, la luz era esférica sin estructura visible, de color anaranjado rojizo a anaranjado claro. La luz redonda se cernía a unos ochenta pies sobre el agua, reflejando su luz. Los policías le asignaban un diámetro de treinta pies.

“Estoy viendo un resplandor anaranjado. Es todo lo que puedo ver”, afirma una de las voces en la grabación de los policías.
“¿Es todo lo que se puede ver de aquel lado del rio?” pregunta otra voz por la radio.
“Parece como si estuviese saliendo el sol”.
“Más vale que no sea. Son las 4:29 a.m. nada más”.
“No creo que el sol estuviese fijado en ese sitio exclusivamente.”
“Nos vamos a cambiar a un sitio donde podamos verlo mejor. Mantennos al tanto”.

Llegado este punto de la grabación (1:56 minutos en un audio de 3:13) comienza escucharse el sonido sobrecogedor de algo que a principios parece el sonido de un aparato militar – la turbina de un interceptor F-14 de la época o algo parecido, pero más hueco y sonoro – captado por el micrófono colgado de la ventana de la casa de Donald Atkins.

“Parece como si estuviese acelerando sus motores”, comenta una voz. “¿Lo estas escuchando? La verdad que hace frío acá afuera”.
“Chicos, ojalá y estén grabando todo esto”.
“De hecho, lo estamos haciendo”.
“A mí me suena como el sonido de una planta generadora diésel con un ruido chirriante entre medio.”
“Son las cuatro y veintinueve de la mañana”, comenta otra voz. “para que conste”.

El sonido comienza a atenuarse y la grabación toca a su fin. La luz se apagó del todo a las cinco menos cuarto de la madrugada. Uno de los policías afirmó que el objeto emitió "un sonido silbante" antes de apagarse del todo". Se confirmaría posteriormente que la Guardacosta había captado el objeto en sus radares.

La grabación fue entregada al centro J.Allen Hynek para el estudio de los ovnis (CUFOS, por sus siglas en inglés) cuyos investigadores hicieron lo posible por dar con Donald Lee Atkins para entrevistarlo, pero no consiguieron localizarlo. El testimonio de los policías Yokum y Cade constituye entonces el grueso del informe. Los investigadores de CUFOs descartaron que pudiese tratarse de la luna, ya que encontraba en el sentido contrario, o un bote tripulado por contrabandistas, ya que iluminar la nave de tal forma sería ilógico. Tampoco se trataba de un globo ni de una alucinación colectiva, dada la cantidad de testigos al hecho, sin mencionar la grabación del hecho.

La siguiente cita textual procede del escrito de Greg Ford: "CUFOS analizó la grabación sonora. El sonido muestra dos picos - o fundamentales - de gran fuerza entre los 1000 y 3000 Hertz (ciclos por segundo) sin presencia de armónicos en el sonido. Los datos tampoco cambian cuando se reproduce la grabación a la inversa. Tanto Atkins como el sargento Yokum escucharon el cambio en el tono, como una turbina que se apaga, justo antes de que la luz se desapareciera a las 4:43 a.m. Fue en ese momento que el OVNI parpadeó y desapareció".

"De veras que no sé si se trataba de un OVNI", declaró el policía Thomas McCartney en una entrevista radial con el presentador Jeff Grimes, un mes después del incidente en la emisora KXL, "y no sé si creo en esas cosas, pero sencillamente era algo que no estaba acostumbrado a ver, ni había visto antes, y no me ha sido posible verificar ningún otro dato al respecto". Respondiendo a la pregunta de que si se trataba de un avión de contrabando, el agente respondió: "No, no lo creo. Existe la posibilidad, pero creo que alguien que se dedica al contrabando de narcóticos no estaría interesado en iluminarse de tal forma".

El policía Mike Dyer también fue entrevistado en la radio, afirmando que la Guardacosta había hecho pesquisas infructuosas sobre el misterioso objeto. "Una embarcación de la Guardacosta y otra auxiliar barrieron la zona con resultados negativos...fue una búsqueda bastante extensa...y no vieron nada en absoluto".

Otra fuente de información – la web Northern Ontario UFO Research and Study (www.noufors.com) – menciona que los agentes de policía presentes en el momento eran el policía estatal Thomas McCartney y Mike Dyer, Earl Myer, Sgt. Donald Yokum y el patrullero Sallé del departamento de policía de St. Helens, agregando el detalle de que el objeto brillaba de tal forma que las aves se despertaron y comenzaron a cantar. “Los testigos escucharon como el objeto caía al agua”. El evento de St. Helens recibió una clasificación de CE-2 en la escala de Hynek y 443 en la clasificación de credibilidad de Jacques Vallée.

¿Guardaría alguna relación el ovni de St. Helens con otro visto un año después en Highland Park, Illinois? El departamento de policía de Highland recibió una llamada de un transportista que supuestamente había visto un objeto desconocido "del tamaño de una casa de dos plantas, con un solo foco y luces rojas parpadeantes" en las cercanías de la población de Wegman. De este avistamiento también existe una grabación de las comunicaciones entre la policía y su cuartel, con el patrullero que formula la pregunta: "Si me encuentro con aquello, ¿que se supone que yo le haga?"

Otro agente de la policía sale al micrófono diciendo que un avión de carga C5A Galaxy había volado sobre la zona, pero que "aquello" era una luz blanca intermitente que no parecía ni un avión ni una estrella. Acto seguido, le pide a la despachadora que se comunique con la base aérea Scott y averigüe si hay algo suyo volando en el cielo. "Sea lo que sea, está volando hacia el oeste ahora, bien cerca de la base Scott ahora mismo." Se produce una confusión de voces en la transmisión, y otro patrullero sale al aire diciendo: "Yo también lo estoy viendo, y es enorme".

La despachadora le pregunta con seriedad: "6004, ¿a qué se parece? ¿a qué se te parece?"

"Tiene forma de "v" y parece dirigirse hacia Lambert," responde el oficial, agregando posteriormente que el objeto volaba a una altura de quinientos pies, reiterando que era "enorme".

La grabación oficial concluye ahí sin esclarecimiento sobre la verdadera naturaleza del artefacto. Curiosamente, Highland, Illinois aparecería nuevamente en las efemérides ovnilógica debido al avistamiento de un artefacto triangular el 5 de enero del 2000 - casi dos décadas más tarde - en la misma zona, pasando a denominarse el "Triángulo de St. Clair" o el "Ovni de Highland". A las 0400 de esa madrugada, cinco uniformados en la región, junto a otros testigos, presenciarían las maniobras de un artefacto triangular silencioso de grandes dimensiones volando al ras de los árboles a distintas velocidades. A diferencia del avistamiento de 1982, el "Triángulo de St. Clair" trascendió a los medios gracias a entrevistas con los protagonistas y especiales de televisión como UFOs Over Illinois de la cadena Discovery Channel.

Surge una posibilidad muy interesante. ¿Sería el extraño objeto de St. Helens una versión "perfeccionada" del flamígero diamante volador visto meses antes en Texas por Betty Cash, Vickie Landrum y el niño Cash Landrum? El 29 de diciembre de 1980, abuela, hija y nieto viajaban a lo largo de una oscura carretera en Huffman, Texas cuando su viaje se vio interrumpido por gran artefacto volador que emitía llamaradas hacia la tierra, quemando el asfalto que pavimentaba la carretera. El vehículo se detuvo a unas sesenta yardas (50 metros) del objeto, que emitía un sonido "parecido al de los frenos de aire", según las testigos. Mujeres sumamente religiosas, calmaron el temor del joven Cash Landrum diciéndole que aquel objeto "era Jesucristo, y que no les haría daño". Betty Cash se bajó del vehículo, pensando que se trataba del fin del mundo y que no estaría más segura dentro del automóvil. Describió que el intenso fuego rojo bloqueaba ambos tramos de la angosta carretera rural 1485.

Su descenso del vehículo - que le costaría la vida, muriendo posteriormente de un envenenamiento radioactivo desconocido - le permitiría dar la mejor descripción de aquel aparato, que tenía la forma de "un diamante vertical del tamaño de la torre de agua del poblado de Dayton, de color plata sin lustre, con pequeñas luces azules en su centro. Cada vez que se disipaban las llamas de fuego, el OVNI flotaba varios pies hacia el suelo, pero ganaba altura con el próximo chorro de fuego que despedía".

A pesar de que algunos insisten que el mortífero diamante de fuego era una nave de procedencia interplanetaria, el hecho de que venía escoltado por helicópteros militares sugiere poderosamente que se trataba de un prototipo de alto secreto cuyo nombre - se rumora - era Wasp II, descrito como un caza nuclear o "platívolo de combate". Las mismas fuentes sugieren que el artefacto estaba averiado, y que el aire ese encandilaba debido a las descargas emitidas del fondo del aparato cada vez que su piloto trataba de incrementar la fuerza para ganar altura.

¿Sería inverosímil sugerir que este aparato – criatura del mundo negro de la ciencia militar – seguía siendo sometido a pruebas, esta vez sobre las oscuras aguas del rio Columbia en el boscoso y remoto Northwest estadounidense?

[El sonido emitido por el extraño objeto de St. Helens puede escucharse en http://www.noufors.com/audio/Cops%20and%20Saucers/40.mp3]

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