Monday, July 20, 2009

Regresan los Hombres de Negro - a la televisión


















Nuestros amigos Allen Greenfield y Tim Beckley, investigadores de lo paranormal en general y en el tema de los controvertidos Hombres de Negro (HDN o MIB, por sus siglas en inglés), han sido entrevistados por el programa UFO Hunters de History Channel para compartir sus conocimientos con el público este año. Aunque no existe una fecha de emisión definitiva, sabemos que será en los próximos meses.

Por pura sincronicidad, Tim Beckley recibió un correo electrónico de una de sus admiradoras que le informaba sobre un encuentro reciente con un personaje que bien puede corresponder a la categoría de estos extraños y escurridizos seres.

La protagonista del incidente ocurrido a comienzos del 2009 en un cementerio de la población de Menands, estado de Nueva York, para participar en una "gira histórica" de este enorme camposanto, repleto de grandes mausoleos donde descansan los restos mortales de los famosos, entre ellos Charles Fort, pionero de la investigación del misterio.

Puesto que se trataba de un día bastante agradable, la protagonista -- "Linda" -- detuvo su auto cerca de un campo próximo a las tumbas y bajó la ventanilla del vehículo. Se encontraba totalmente sola, y con la ventanilla en dicha posición, le hubiese sido fácil escuchar el sonido de cualquier otro coche que se aproximarse.

Pero no fue así. Al mirar en el retrovisor, Linda se alarmó al ver que un enorme todoterreno negro (SUV) estaba justo detrás de su coche. La gran mole de aluminio parecía nuevo y de aspecto militar. Poniendo su coche en marcha de nuevo, Linda comenzó a moverse hacia adelante con lentitud para ver si el todoterreno la seguiría. Los detalles del extraño intruso aumentaban a la par que alejaba: sus ventanas eran totalmente negras e infundían en la visitante

una extraña sensación de pavor. Pero al contrario de lo que esperaría uno en una película de horror (o un capítulo de Expedientes X, ya de estar), el todoterreno no se lanzó tras su presa: al contrario, su invisible chofer retrocedió, haciendo un viraje tras uno de los múltiples caminos sin pavimentar que conducían a la entrada principal del cementerio.

Grande sería la sorpresa de Linda al ver que el SUV negro había llegado antes que ella a la entrada principal. Ahí estaba, estacionado en el parking de las oficinas del panteón. Pero haciendo de tripas corazón, como suele decirse, Linda no dudó en acercarse lentamente. Pudo ver que un hombre vestido de negro hablaba animadamente con el chofer del todoterreno...a través de una ventana herméticamente cerrada.

El miedo acabó por apoderarse de Linda: pisando el acelerador, salió disparada del cementerio con la vista fija en el retrovisor. El hombre de negro que hablaba con el chofer invisible del todoterreno sencillamente desapareció.

Claudia Cunningham - amiga de "Linda" - comunicó este suceso a Tim Beckley, agregando que el cementerio de Menands tenía fama como lugar maldito en el que era posible ver vehículos fantasma, hombres de negro, misteriosos perros negros y lo más alucinante: una pareja que vuela sobre las lápidas en horas crepusculares, vestidos en sus respectivos pijamas (detalle más "forteano" no puede haber...el Sr. Fort debe sentirsemuy a gusto en aquel sitio)

Pero, ¿qué o quiénes son los hombres de negro?

Los Hombres de Negro alegadamente hostigan a los testigos de avistamientos o encuentros cercanos con ovnis, presentándose en los hogares de los testigos y a menudo en sus lugares de trabajo, mayormente antes de que dichos testigos se hayan decidido a publicar sus experiencias. Tradicionalmente vestidos en trajes negros, camisas blancas con corbatas rojas o negras (aunque muchas veces los tejidos no se asemejan a nada producido por un telar común y corriente), los HDN viajan en grupos de tres, desplazándose en flamantes automóviles de marca descartada o desconocida. Con algunas excepciones, el mensaje que suelen impartir es el mismo: en el caso de un testigo, aconsejándole a éste a no divulgar lo que ha visto; en el de un investigador, instándole a abandonar sus pesquisas.Estos "agentes del silencio" han adquirido dimensiones míticas dentro del fenómeno ovni a lo largo de los años. Desde la primera aparición de un hombre de traje negro y corbata roja poco después del notorio "montaje" de Maury Island, amenazando al práctico Harold Dahl a mantener silencio, los HDN son considerados como parte fundamental del mundo sobrenatural.

En América del Norte, los primeros avistamientos de ovnis a menudo culminaban con la intervención de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, ya que ésta era considerada como la máxima autoridad para investigar el extraño fenómeno de los platívolos. Oficiales de la USAF acostumbraban visitar a los testigos en sus casas para formularles preguntas acerca de sus avistamientos, y en algunas ocasiones, para confiscar cualquier evidencia obtenida como resultado del encuentro con lo extraño. Esto fue lo que sucedió en 1954 en el caso del periodista R. DeWitt Miller (autor del libro You Do Take It With You), quien tenía en su poder una muestra del controversial "cabello de ángel" que caracterizaba los casos de la infancia de la ufología. Cuando comenzaron a presentarse hombres de facciones asiáticas en trajes negros alegando ser parte de la Fuerza Aérea, nadie se molestó en verificar si esto era cierto. No obstante, el comportamiento altamente extraño de algunos HDN, así como sus considerables habilidades psíquicas, no tardaron en crear sospechas.

Luego de que su avión fuese perseguido por un ovni sobre el Mar Mediterráneo en 1951, el coronel Jim Doherty recibió la visita de un joven alto y delgado vistiendo el abrigo de entretiempo de un teniente de la USAF. El demacrado visitante advirtió a Doherty que hiciese todo lo posible por olvidar su encuentro cercano con el platívolo. Doherty descubrió más tarde que el supuesto teniente no pertenecía a AFOSI (el servicio de inteligencia de la USAF), y por muchísimos años después de su experiencia, Doherty se quejaba de tener pesadillas aún en las que tanto el ovni y una criatura sumamente larga y delgada, evocadora del teniente impostor, jugaba un papel importante.

La Fuerza Aérea no tardó en desvincularse de cualquier conexión a los Hombres de Negro. Un coronel en el Pentágono informó al escritor John A. Keel que habían investigado un número de casos que involucraban la presencia de los HDN. El mismo oficial declaró que los "silenciadores", fuesen quienes fuesen, estaban cometiendo un delito federal de alta seriedad al hacerse pasar por militares.

Los reglamentos militares eran de poca importancia para los Hombres de Negro, ya que uno de ellos, haciéndose pasar por un tal "Capitán Munroe", hostigó a los jóvenes fotógrafos de los ovnis avistados sobre Beaver Falls, Pennsylvania en 1968. El impostor advirtió a los jóvenes que algo malo podría sucederles si seguían comentando sus avistamientos.

El fenómeno de los Hombres de Negro adquirió vida propia cuando Albert K. Bender, director de la International Flying Saucer Bureau, anunció que se retiraba de la investigación del fenómeno ovni debido las amenazas hechas por "tres hombres de negro". Mientras que circulaban los rumores acerca del posible origen de tan temibles personajes, el mismo Bender declaró que no eran agentes del FBI, "sino de otra agencia". La distancia no representaba un obstáculo para estos personajes: Edgar J. Jarrold, director de la Australian Flying Saucer Bureau, recibió a un misterioso visitante quien le aconsejó que "la situación en cuanto a la realidad de los ovnis era más fantástica de lo que podía concebirse ordinariamente". Jarrold desapareció por completo unos años después de este encuentro, mientras Bender intentó explicar el motivo por su alejamiento de la ufología en el libro titulado UFOs and the Three Men, describiendo su viaje a Kazik, el lúgubre mundo de los hombres de negro, y las experiencias que pasó en manos de éstos. Albert Bender tuvo la dudosa distinción de ser el primer investigador en ser hostigado por estos personajes desconocidos, y su historia se repetiría en las vidas de un sinnúmero de investigadores más.

Warren Smith, un reconocido autor de temas ovni durante la década de los setenta (bajo el seudónimo de Eric Norman), adquirió un pedazo de metal supuestamente recobrado de un ovni que echo a tierra una carga de "escoria" (parecida a la del caso de Maury Island) en Madison, Wisconsin. Consciente de que alguien le seguía los pasos durante su investigación, Smith optó por guardar el extraño fragmento dentro de un televisor en el cuarto de su hotel. Al regresar a su habitación una noche, encontró a dos hombres vestidos con trajes oscuros esperándole adentro. Los sujetos exigieron la entrega del material, amenazando el bienestar de la mujer e hijos de Smith si éste se negaba.

Aunque jamás se les ha atrapado en el acto, el escamoteo de documentos relacionados al fenómeno ovni, incluyendo copias almacenadas en distintos lugares, ha sido achacado a los Hombres de Negro. Una ama de casa en Nueva Jersey que escribió un solo renglón acerca de un avistamiento ovni en 1973 en su diario descubrió que el libro completo había desaparecido a pesar de haber estado guardado en una gaveta con cerradura. Los investigadores Ivan Sanderson y el capitán Edward Ruppelt sufrieron el hurto de archivos llenos de documentación ufológica, allanamientos de morada en los cuales objetos de gran valor para cualquier ladrón eran ignorados.

John Keel, cuyo interés en el tema lo convertiría en el principal experto de la materia, documentó los extraños poderes a la disposición de estos personajes: En 1960, William Dunn Jr., un investigador de ovnis, descubrió que había sido víctima de un escalamiento durante el cual se quemaron sus archivos y se robaron sus fotografías. Los Hombres de Negro también desempeñaron un papel importante durante la oleada de avistamientos del "hombre polilla" (Mothman) en 1966-67. A diferencia de otros investigadores, Keel propulsó la creencia de que los Hombres de Negro representaban fuerzas parafísicas altamente negativas cuyas advertencias jamás debían ser tomadas a la ligera. Otros investigadores, siguiendo esta corriente, opinaron que los HDN eran "formas creadas por el pensamiento" (thought-forms, en ingles), aunque el misterio reside en quien crearía semejantes pensamientos.

El fallecido estudioso de los fenómenos paranormales F.W. Holiday tuvo una experiencia personal con un inusual Hombre de Negro poco después del celebre exorcismo realizado al Lago Ness en Escocia por el Reverendo Donald Omand. La figura, erguida frente al investigador a treinta metros de distancia, tenía una estatura de dos metros y llevaba puesto un traje negro de motociclismo, con un casco de visera negra que ocultaba sus facciones. Holiday no pudo percatarse de hubiese un rostro detrás de la visera, y sintió que "una fuerte sensación de maldad" emanaba de la criatura. El investigador se acercó a varios metros del personaje y siguió de largo, pero al dar la vuelta para mirarlo por detrás, el ser había desaparecido.
Encontramos un origen más mundano para estos escurridizos personajes, sincronizado con la teoría de que son "agentes secretos del gobierno", en que los HDN fueron elementos del Centro de Actividades Especiales de la Fuerza Aérea (AFSAC, por sus siglas en ingles), dedicado a la recopilación no–electrónica de inteligencia. Entre las cohortes de este centro figura el "grupo de actividades de campo 1127", compuesto por una variedad de personajes rufianescos, recorriendo la gama del bajo mundo desde escaladores hasta impostores y hampones. Otra creencia muy difundida circuló en torno a la presencia de los HDN, que eran en realidad monjes tibetanos que abandonaron su país con la caída del Dalai Lama y los fieros caballeros Khamba, y que habían puesto su impresionante gama de poderes al servicio de la CIA. Aunque fantasiosa, esta manera de pensar puede explicar la fisonomía asiática de los Hombres de Negro y su poca familiaridad con las costumbres occidentales.

No todos los Hombres de Negro exhibían comportamiento estereotípico. En el mes de noviembre de 1973, una joven que trabajaba para una agencia de empleos en San Juan de Puerto Rico recibió la visita vespertina de un hombre vestido en un inmaculado traje negro, con una camisa que aparentaba estar tejida de un material desconocida en nuestro mundo. El caballero tenia dedos extremadamente largos y ahusados (descripción típica en otros casos de HDN) y un cutis tan liso como el de un maniquí. La mujer quedo hipnotizada por la conversación del extraño sujeto, que discutía temas que recorrían la gama desde la ecología hasta la belicosidad humana, añadiendo siempre que existían "mejores mundos que este". De acuerdo con el destacado investigador Salvador Freixedo, los Hombres de Negro responden de manera positiva al buen trato, ejemplificado por el extraño "Richard French," un HDN que visitó a los testigos del fenómeno del hombre polilla (Mothman) en la Virginia Occidental durante 1967.
Los HDN parecen haberse dado de baja en algún momento durante la década de los '70. Una de sus últimas apariciones importantes fue poco después del fallido secuestro de una avioneta por tres ovnis en 1975 sobre el Lago Tequesquitengo en México. El piloto, Carlos de los Santos Montiel, fue alegadamente hostigado por Hombres de Negro en camino a su entrevista con el Dr. J.A. Hynek. Muchos creen que la complacencia en discutir el fenómeno ovni después de la aparición de la película Encuentros Cercanos del Tercer Tipo invalidó el uso de los HDN como herramientas de temor e intimidación.
Cuando Karl Brugger, autor de las Crónicas de Akakor (una narración acerca de ciudades subterráneas "perdidas" en el Brasil) fue asesinado misteriosamente en las calles de Río de Janeiro en 1984, un número de investigadores sudamericanos culparon a los HDN del crimen. Fabio Zerpa, director de la desaparecida revista Cuarta Dimensión, afirmó: "Estas muertes siempre dan la apariencia de haber sido naturales, pero curiosamente, cada vez que un individuo tiene información de importancia acerca de un tema crítico, siempre suelen ser víctimas de accidentes extraños".

Sin embargo, los HDN parecen haber aumentado el nivel de sus actividades nuevamente en la década de los '90: La investigadora Lois Le Gros, en Pittsburgh, PA, ha estudiado un número de casos que envuelven actividad HDN en nuestros tiempos: dos testigos, una de ellas una abducida, fueron acorraladas por un Hombre de Negro en una tienda en las afueras de Pittsburgh. Según el testimonio recogido por Le Gros, el extraño personaje aparentemente tenía en mente el hipnotizarlas mediante el uso de una brillante sortija que llevaba sobre los dedos de una mano. En otro caso completamente distinto, otra joven abducida, vecina de un suburbio de Pittsburgh, informó a la investigadora que después de su secuestro por un ovni, tenía encuentros cotidianos con un HDN. Describiendo al sujeto como "amenazador", la testigo explicó a Le Gros que el HDN tomaba el mismo autobús que ella todas las mañanas, y cada día, se sentaba más cerca a ella. La siniestra figura llevaba un largo abrigo negro, aun cuando hacía buen tiempo, y vestía traje, camisa, guantes y sombrero negro. En una ocasión, el HDN llegó a sentarse justo al lado de la joven, haciéndola arrinconarse contra la ventana del autobús. A pesar de que el autobús iba lleno, la testigo manifestó que le parecía que ella era la única persona que podía percibir al siniestro y estrafalario personaje.

Otro investigador estadounidense, Mike Lonzo, llegó a investigar un caso aún más extraordinario, entrevistando repetidas veces a la protagonista: una señora de edad avanzada pudo ver como caía en el patio de su casa una extraña piedra de color negro. Casi inmediatamente después, se presentaron a su puerta dos extraños hombres vestidos en trajes de etiqueta de color negro, exigiendo la devolución de la extraña piedra caída del cielo, alegando que la perdida de la misma "podría causar la destrucción de su universo". Asustada, la señora les entregó el sorprendente objeto, haciendo que sucediese algo más sorprendente aún: los extraños la invitaron a cenar con ellos en un prestigioso restaurante en Pittsburgh, donde la señora llegó a conocer a “las extrañas compañeras de los dos hombres”.

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