Thursday, February 28, 2008

Tesoros Perdidos: ¿Realidad o Leyenda?




TESOROS PERDIDOS: ¿REALIDAD O LEYENDA?
Por Scott Corrales
© 2005

Para avivar la mente humana, no hace más falta que mencionar la existencia de un tesoro: montones de monedas de oro y plata, sortijas y colgantes de gran valor, orfebrería ejecutada por la mano de artesanos desconocidos y otros objetos que son testimonio mudo de la riqueza de monarcas olvidados y reinos desaparecidos. Desde nuestros sueños infantiles de piratas con patas de palo que entierran cofres llenos de doblones en alguna isla desierta hasta las prolongadas búsquedas realizadas por estudiosos y aventureros, ir en pos de la riqueza oculta de antaño ha inspirado poemas, libros y largometrajes. En el mundo de la fantasía heroica nos vienen a la memoria enseguida las experiencias de Conan con El Tesoro de Tranicos, el apilamiento de gemas y objetos valiosos en el asqueroso palacio de Gutheran de Org en las aventuras de Elric, y por supuesto, el dragón Smaug descansando cómodamente sobre el tesoro de los enanos de Erebor en el Hobbit...


Desde la tierra de El Dorado

--Pude hallarlo todo: cofres llenos de ropajes y de armas—fue allí dónde obtuve esta indumentaria y este acero – montones de monedas y gemas y ornamentos de oro—y en medio de todo ello, ¡las joyas de Tothmekri resplandeciendo como estrellas congeladas!
-- Robert E.Howard, El tesoro de Tranicos

Uno de los tesoros perdidos más fabulosos de Iberoamérca perteneció al Marqués de Yaví y Tojo – un caudal tan enorme que tuvo que ser acarreado por cuarenta mulas, que casi se desplomaban por el peso del oro y la plata que llevaban a cuestas.

Corría el año 1679 y Juan José Campero de Herrera, caballero de Calatrava, tuvo el golpe de suerte de contraer nupcias con Juana Bernardes de Obando, tataranieta del renombrado general Zárate, cuyos méritos le habían valido la concesión de enormes latifundios en el valle de Jujuy en la actual Argentina. El señorío de la familia Obando se extendía desde las afueras de la actual Humahuaca hasta la ciudad de Tarija en el “Alto Perú”, hoy Bolivia, cosa que dará al lector una mejor idea acerca de las dimensiones del latifundio: un territorio del tamaño de Suiza y Serbia, combinadas. La mano de su esposa confirió a Campero de Herrera el título de Marqués de Yaví y Tojo, dotando al caballero de Calatrava de bienes materiales, nobleza y poder en una sola ceremonia.

Al contrario de lo que podría esperarse tras haber recibido tal bondad, Campero de Herrera no se sentó a disfrutar de su golpe de suerte, sino que se lanzó a realizar mejoras a sus dominios, construyendo diques para regular el curso de un río cercano, molinos para alimentar la gran cantidad de nativos bajo su imperio, e instalaciones para rescatar placeres de oro de los ríos adyacentes. Pero hasta los cuentos de hadas tienen tienen su lado negativo: su acaudalada esposa resultó ser estéril y zozobró la esperanza de poder perpetuar el apellido familar. El marqués llegó a erigir dos iglesias con la esperanza de que el cielo corrigiese las vicisitudes de la biología, pero sin resultado alguno.

Los historiadores actuales han encontrado documentos eclesiásticos que atestiguan la riqueza de este marqués sin descendencia: un contrato de negocios menciona que de la mina de Cochinoca se extrajeron trescientos cincuenta quintales de plata (antigua medida de volumen equivalente a 100 kilogramos – un total de dieciséis mil kilogramos de plata mineral).

Campero de Herrera excavó túneles por debajo de Alicate, su casa de campo, para poder llegar hasta las minas y posiblemente como salidas de emergencia en caso de una sublevación indígena. Es muy posible que el marqués pudiese ver los negros nubarrones que dejaban verse en el horizonte: su riqueza y buena suerte le habían llevado a pensar que era posible separar su señoría del resto del virreinato y gobernarlo como reino independiente. El plan fracasó y el caballero se vio obligado a quemar todos sus documentos y libros y darse a la fuga. Pero su exilio no incluiría la pobreza, ya que su fortuna, su mujer y criados desaparecieron en 1696 sin que volviese a saberse nada de ellos

Tras este dilatado prólogo es que comienza “la leyenda del tesoro perdido del Marqués de Yaví y Tojo”. Cuenta la tradición que el marqués, frente a la imposibilidad de cruzar los Andes con su cargamento, decidió enterrar sus caudales en un lugar determinado para recuperarlo posteriormente. Para evitar los problemas inevitables a la hora de recordar el lugar el entierro, o cualquier cambio en la geografía que llegara a producirse, el marqués trazó símbolos en las piedras que rodeaban el sitio. Estas marcas aún pueden verse en el desfiladero que domina el río Yaví y que parecen jeroglíficos, mostrando lo que parece ser un ancla de mar y una figura felina. Los vecinos de la región insisten en que los trazos no son petroglifos indígenas sino los trazos realizados por el marqués para localizar su tesoro.

Una vez librado de la onerosa carga, cuenta la leyenda, el noble fugitivo llegó a un páramo conocido como Siete Corrales. Fue aquí dónde Campero de Herrera y su mujer perdieron la vida a manos de los indígenas, que se apoderaron de las cuarenta mulas que aún portaban grandes riquezas y vituallas.

Existen estructuras indígenas en la Sierra Mendieta que rodea la zona. ¿Existe la posibilidad de que el tesoro del marqués se encuentre en alguna de ellas? Los estancieros locales creen que sería factible dragar el Arroyo de Yuruma—donde se produjo la emboscada--para encontrar los zurrones que portaban las mulas. Este tesoro perdido sigue ahí, aguardando al valiente que quiera buscarlo.

Pero el tesoro perdido del Marqués no es el único tesoro perdido de la Argentina. Según Cristina Coccari, maestra jubilada, las tradiciones orales de la región del Tuy (palabra guaraní que significa “lodo blando”), que incluyen las aldeas de Lavalle, Madariaga y Villa Gesell, hablan de tesoros perdidos. En 1820, el gobierno argentino, recién constituido, mandó edificar una serie de fuertes para mantener a raya a las tribus indígenas. Vagones cargados de ladrillos para realizar esta empresa llegaron a la región desde Chascomús y se levantaron tres fortines – Juancho Viejo, Invernadas y La Porteña. El gobierno encargó al general Alzaga la misión de colonizar la región y dispersar a los nativos de las Pampas, conocidos por sus “razzias” y por el secuestro de de las mujeres y niños de los colonos.

Diez años más tarde, una de estas razzias, dirigidas por el jefe “Arbolito”, destruyó los fortines y mató a todos los colonos, con la excepción de una jovencita que se salvó junto con un cofre de cuero lleno de monedas de oro y plata, sepultado al pie de un árbol marcado por un rosario que pendía de las ramas.

La joven sobreviviente relató la tragedia a un sacerdote, el padre Castañeda, quien mandó a localizar el cofre que, a pesar de todos los esfuerzos, nunca fue localizado, puesto que un niño vecino había encontrado el rosario que colgaba de una de las ramas del árbol y se lo había llevado a su madre como regalo.

En la actualidad se cree que el cofre yace en el fondo de la laguna El Rosario, pero se considera que el tesoro está “maldito” por la sangre que se derramó por él, y que por consiguiente, será una fuente de desventuras para el que lo encuentre.

Los tesoros de la Nueva España

La República Mexicana supuestamente alberga una serie de tesoros perdidos que aún aguardan un “Indiana Jones” que venga por ellos.

Uno de estos caudales perdidos es “el tesoro del Fraile”, sepultado en algún rincón olvidado del estado de Coahuila en el norte del país. Durante el gran auge de oro y plata que abarcó la mayor parte del período virreinal, grandes tesoros fueron robados y ocultados. Este tesoro en particular, de acuerdo con el historiador Rubén Dávila Farías, tiene que ver una serie de cartas escritas por Fray Pedro de Noyola, un cura que abandonó el país durante las Guerras de Independencia. En una de estas misivas, fechada el 20 de enero de 1811, el sacerdote solicita a Cipriano Lozoya, vecino del puerto de Veracruz, que vaya a Coahuila a buscar el tesoro enterrado, puesto que “no me será posible regresar a ese país en el que fui tan feliz...pero tal vez la ventura te lleve, mi amigo, a una región feliz y salvaje conocida como el Bolsón de Mapimí, donde hallarás un cerro conocido como La Bufa. En ese cerro, de cara al sol durante el mes de mayo, podrás ver una sierra que domina esa altura y dos cerros más chicos a poca distancia. El punto de referencia que te quiero dar se conoce como el Antiguo Mineral de Mapimí...” pasando a explicar que a mitad del ascenso de uno de los cerros más pequeños, conocido como Guadalupe, existe una caverna en la que el buscador de tesoros debía caminar una distancia de “veinte varas” desde la boca del orificio y luego cavar “tres varas hacia abajo” para encontrar cuatro cajas fuertes llenas de orfebrería y platería pertenecientes a la iglesia, y unos doscientos cofres repletos de monedas de oro y plata acuñadas con la efigie de Carlos V. Otro hallazgo más espeluznante sería las osamentas de las cuatro mulas utilizadas para transportar este sorprendente tesoro.

Elena González, vecina de la ciudad de Torreón en Coahuila, informó al presentador Nino Canún en 1993 que poseía el “don de voces” y que una voz la había guiado a una serie de cuevas donde pudo hallar “una bolsita de tela con dieciséis monedas de plata”. ¿Había recibido la Srta. González un anticipo de la riqueza del Tesoro del Fraile?


El tesoro maldito de Nostradamus

Una cosa gorda y escamosa, de color amarillo, verde y negro, estaba sentada en el trono de Urish. De su hocico goteaba una bilis negra y alzó una de sus numerosas patas en ademán de saludo.
--Saludos—siseó—y cuidado, pues soy el guardián del tesoro de Urish

-- Michael Moorcock, La Torre Evanescente

Michel de Notre Dame, conocido para siempre como Nostradamus, nació en la aldea provenzal de Saint Rémy en 1503. Nostradamus ha sido considerado por muchos como el profeta posbíblico más importante de la historia por los enigmáticos versos conocidos como las Centurias. Michel fue el nieto de Pierre de Nostradamus, galeno al servicio de los reyes y duques de Francia. Hijo de una familia de matemáticos y filósofos, la obra de Nostradamus ha sido interpretada una y otra vez para ajustarse a toda suerte de intereses creados. Muchos han pasado por alto sus “cuatrenas” que no guardan relación alguna con la escatología, y una de ellas tiene que ver con un tesoro perdido.

La vigésimo séptima cuatrena (XXVII) dice así:

Dessous de chaine Guien du Ciel frappé.
Non loing da lá est caché le tresor,
Qui par long siecles avoir esté grappé,
Trouver mourra, l'oeil crevé de ressor

.
("Bajo los montes de Guayana por el cielo castigados,
a poca distancia tesoro oculto hay,
que sellado ha estado por muchos siglos
Muerte a quien lo encuentre, ojos por resortes lanzados”)


La 27ma cuatrena, una profecía que no tiene nada que ver con el ascenso o la caída de monarcas o con grandes guerras, ha sido ignorada, como lo han sido otras. La posibilidad de un tesoro oculto en la meseta de Guayana ciertamente resulta fascinante, y no se ha realizado ningún intento por descubrirlo. El tesoro, advierte Nostradamus, permanecerá intacto y la maldición que pesa sobre el primero que lo vea seguirá en pie. Los “ojos por resortes lanzados” sugieren alguna trampa ingeniosa fijada por el filibustero o pirata que tuvo que dejar sus haberes en este inhóspito lugar. Dispositivos parecidos, que nos hacen recordar las experiencias del ficticio Indiana Jones en las primeras escenas de Buscadores del arca perdida, existieron en la vida real: se cree que la tumba de Shi Huangdi, el legendario “emperador amarillo” de la China, aún sigue defendida por dardos mortíferos que cegarán la vida del primer profanador de tumbas que encuentre el sarcófago.

Pero no basta que sobre un tesoro pese la maldición de su antiguo propietario, o que esté maldito por la violencia de los esfuerzos en adquirirlo: en algunas ocasiones existe un “guardián sobrenatural” cuyo deber es el de proteger el tesoro y realizar el trabajo con eficacia pasmosa. Entre los muchos libros de la Biblioteca Pública de Cleveland (estado de Ohio, USA) podemos encontrar dos fascinantes tomos de esoterismo, el Libellus Magicus y la Praxis Magica, incunables que supuestamente formaron parte de la colección de A.E. Waite, el renombrado esoterista británico. El Libellus, conocido también como La Verdadera Obra Mágica de los Jesuitas, incluye una variedad de conjuros y hechizos, como “la invocación angélica de San Ciprián y el conjuro de los espíritus que custodian tesoros ocultos” – una herramienta al servicio del buscador de tesoros que desea ordenar, de manera solemne e imperiosa, que las fuerzas sobrenaturales abandonen los tesoros que custodian.

Ayudas paranormales de esta índole seguramente serían útiles para los valientes que quieran localizar ciertos tesoros perdidos, como el que supuestamente se haya dentro del sistema de cavernas de Khabriat Douma en las montañas del Líbano. Debido a su importante posición estratégica en las cordilleras libanesas, Douma atrajo la atención de conquistadores a través de los siglos hasta que finalmente fue destruida por los otomanos en el siglo XVII. Según las leyendas locales, existe un gran tesoro de origen desconocido bajo el promontorio rocoso conocido como Mar Nohra, y que las inscripciones y relieves en los muros rocosos de la región ofrecen pistas para localizarlo. Este complicado sistema de cavernas, de acuerdo con los expertos, fue empleado en la antigüedad con fines militares y se encuentra vinculado con la fortaleza de Al-Hossein. La tradición libanesa mantiene que una princesa ocultó cofres llenos de objetos de gran valor en las cuevas, que por ese motivo son conocidas como “Las cuevas de las cajas”. Ahora bien, este antiquísimo tesoro está protegido por una potente manifestación de la magia local denominada rasad, que castiga a los buscadores de tesoros arruinando sus negocios y destruyendo sus bienes y familias. Otros tesoros del cercano oriente se encuentran protegidos por guardianes aún más poderosos, como los ifriti.

Protectores sobrenaturales de este tipo también abundan en el continente americano: en la cueva conocida como La Malinche, en el estado mexicano de Veracruz, yace un tesoro (no se sabe si azteca o español) protegido por el fantasma de la mismísima Malinche o Doña Marina, la mujer que sirvió de intérprete a Hernán Cortés. Dice la leyenda que la preciosa aparición ofrece el tesoro a los incautos que tengan la mala suerte de encontrarse con ella, aunque esta les advierte que si no son capaces de extraer el tesoro, quedarán atrapados dentro de la cueva para siempre.

En Cornualles las tradiciones locales indican que las construcciones inexplicadas denominadas fogous juegan un papel en la búsqueda de tesoros sobrenaturales. Estas estructuras celtas figuran en el folclore local y alegadamente contienen espíritus malignos que protegen ciertas riquezas. Los aventureros que han osado internarse en estos edificios han tenido que enfrentar toda suerte de eventos paranormales, desde escuchar voces extrañas hasta la aparición de los espectros que se supone sean los custodios del tesoro que hay dentro.

En el siglo XIX, la espiritista estadounidense Emma Hardinge abordó las creencias de su época sobre el descubrimiento de oro o tesoros por medios sobrenaturales: la creencia popular manteía que los espíritus podían, en efecto, conducir a los vivos a encontrar tesoros ocultos, o ganancias menores como testamentos desaparecidos (Modern American Spiritualism, 439). Si el buscador de tesoros depositaba su confianza en los “guías espirituales” y efectivamente se localizaba un tesoro, el hecho comprobaba “la existencia de los espíritus mediante sus frutos”. Los escritos de Hardinge aportan un dato sumamente interesante – que el folclore americano asociaba los tesoros con seres espirituales desde mucho antes del auge del espiritismo en esas tierras. Se creía que los “espíritus de piratas o de indios” custodiaban riquezas ocultas contra los desmerecedores.

Aparte de la emoción de hacerse rico repentinamente – una constante en todas las culturas de nuestro mundo – el concepto de hallar tesoros ocultos, como el sueño infantil de encontrar un baúl lleno de riquezas dónde lo marca la “X” en un mapa pirata, ha llevado a muchos aventureros a gastar capital y vidas humanos en tales empresas. Desde el tesoro del dragón de Sigfrido hasta la maravillosa cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones, nos empeñamos en creer que el oro de reyes muertos está a nuestro alcance, aunque dichos caudales estén resguardados por fuerzas que no podemos comprender.

Friday, February 08, 2008






El Enigma de los Grandes Lagos
Por Scott Corrales
(c) 2008


Los Grandes Lagos – agua dulce en el corazón de América del Norte – ese es el lema utilizado por una campaña ambientalista con miras a concienciar al público en general sobre el gran valor que tienen estos cuerpos de agua, verdaderos mares interiores cuyas orillas no pueden verse desde el lado opuesto, y que representan uno de los atributos geológicos más importantes del continente.

La secuencia de los lagos comienza en lo alto, por así decirlo, en el tormentoso lago Superior, cuyas enormes marejadas han llevado a mas de un buque de carga a su destrucción, hasta el misterioso lago Ontario, cuyas aguas bañan las costas de la canadiense provincia de Ontario y el estado de Nueva York al otro lado de la frontera. Aguas navegadas por embarcaciones de placer en el verano y sitios en que los pescadores de hielo se dan cita en pleno invierno...

No obstante, estos mares interiores de las Américas albergan toda suerte de misterios: buques fantasma, monstruos lacustres , anomalías magnéticas y OVNIS. Algunos abogan por la existencia de bases extraterrestres en el fondo de las aguas mientras que otros discurren sobre portales interdimensionales que permiten el acceso de extrañas luces y criaturas aún más raras, que tal vez ignoren el hecho de que han franqueado el paso a nuestro mundo. El que esto escribe abordó el tema de los lagos en una oportunidad anterior, pero siempre sobrarán casos, como suele suceder.

La Oleada de 1978

El 4 de enero de 1978, un año después de la gran tormenta de invierno que dejara congelada a la ciudad de Buffalo, Nueva York y otras urbes circundantes al lago Erie, un guardia de turno en la base de guardacostas Marblehead cerca de Sandusky, Ohio observó, a través de sus prismáticos, un extraño objeto con luces parpadeantes rojas y blancas, que parecía estar suspendido sobre la estatua del Almirante Perry en South Bass Island, una distancia de nueve millas. Este hecho insólito quedó apuntado en la bitácora de turno, y al día siguiente el teniente Roger Higbee lo describiría a los medios como “un objeto que pudo verse a la derecha del monumento por espacio de cinco minutos, cambiando de posición rápidamente para cernirse de nuevo por dos minutos antes de abandonar la zona. Tenía una luz roja parpadeante, y otra blanca, en ambos costados.” La torre de control del cercano aeropuerto de Oberlin manifestó en aquel instante que no existían registros de la presencia de aviones ni globos sonda.

Pasarían seis meses antes de que el fenómeno se repitiese, pero esta vez en el lago Michigan, cuyas aguas bañan la ciudad de Chicago. En la noche del 27 de julio de 1978, la estación de guardacostas St. Joseph comenzó a recibir llamadas, entre ellas la de un civil que afirmaba estar viendo en esos instantes un cilindro de color plateado suspendido en el aire, iluminado con una luz resplandeciente, antes de desparecer hacia el oeste. Posteriormente, la oficina de distrito de los guardacostas, localizada en Cleveland, emitiría la noticia de que un vecino de la población de Ludington también había visto el aparato. Pero más importante aún, la guardacosta disponía del testimonio de uno de sus propios hombres – el objeto había sido avistado detrás de la central eléctrica Consumers, desplazándose lentamente hasta Big Sable Point. Según el marinero Don Clark, el testigo de marras, el objeto no podía apreciarse como tal, oscurecido por la presencia de sus poderosas “luces estroboscópicas”, pero Clark se aventuró a sugerir que el objeto tenía la forma general de un platillo “Frisbee” de juguete, pero con una sola luz roja. “No quiero sonar como un chiflado”, dijo el marinero, “pero aquello me erizó los pelos de la nuca. Se me ocurrió pensar que tal vez íbamos a morir en ese momento”.

Desde su punto de observación, Clark pudo deducir que la trayectoria del objeto lo llevaría justo sobre otra base de guardacostas, ubicada en Two Rivers, Wisconsin. El marinero se comunicó con dicha base enseguida por radio, advirtiendo sobre el fenómeno que se desplazaba hacia ellos. Y los cálculos de Clark habían sido los correctos – el objeto pasó a varias millas de la estación en Two Rivers, sino que además pudo verse desde dos puestos adicionales: el faro de Green Bay y la estación Sturgeon Bay. La velocidad estimada del artefacto desconocido era de 250 millas por hora.

El mando de guardacostas en Cleveland recibió el informe sobre el avistamiento sin estorbarse mucho. El comunicado oficial manifestó que el fenómeno “no estaba relacionada con el tránsito acuático en absoluto” y que la velocidad y altura del aparato correspondían a las de cualquier objeto volador convencional.

Los ovnis parecieron interesarse por la población de Two Rivers. El sargento Tom Gordon de la armería de la guardia nacional pudo ver un objeto descrito como “redondo y con varias luces de color azul, verde y rojo “ volando cerca de la estación de guardacostas. El aparato cruzo el firmamento de un lado otro tres veces. El sargento no dudó en comunicarse con los marineros de la guardacosta, que estaban viendo el objeto a través de sus prismáticos.

Resulta curioso que los marineros de la estación en Two Rivers – Doug Wangen y Gary Randall – vieron el aparato perfectamente, pero cuando la noticia trascendió a los medios, la cúpula militar les prohibió hablar de ello “oficialmente”, es decir, podían ser entrevistados por los canales locales de televisión pero vestidos de civiles. Randall, de paso, había tomado fotos del extraño objeto con su cámara de 35 milímetros. “Era un OVNI, en definitiva”, comentó el joven marinero. “No creo que se haya tratado de un proyecto gubernamental.”

Pero cuando sus superiores se enteraron de la foto, le exigieron al marino que se las entregase para encargarse del revelado. Randall se negó y el rollo de película fue revelado por una empresa privada, con la condición de que los negativos serian entregados al gobierno. Dichos negativos fueron remitidos a una “agencia del gobierno” pero el análisis jamás fue publicado. Los que vieron las fotos afirmaron que eran muy oscuras, aunque podía apreciarse los edificios cercanos a la base militar y unas luces policromáticas en la esquina superior de la foto.

Pero las aventuras del marinero Gary Randall, que contaba con veinte años de edad en aquel momento, no terminarían con eso. Randall alegó posteriormente que el campo aéreo Mitchell, el aeropuerto municipal de la ciudad de Milwaukee, había “pintado” al OVNI con su radar, cosa que los controladores de la torre de dicho aeródromo negaron rotundamente. El supervisor de la Agencia Federal de Aviación (FAA) negó rotundamente que se tratara de un objeto volador de procedencia desconocida, produciendo el siguiente exabrupto por parte de Randall: “¡Vaya si lo vieron en Milwaukee! Hablé con ellos en aquel instante unos cinco o diez minutos después del avistamiento. Si, estoy convencido de que lo vi. No me cabe duda alguna de que era un OVNI, algo que nunca había visto antes y que el gobierno tampoco había visto.”

A todo esto, su camarada Dick Wangen informó al reportero Jim Miles que “no estaba muy seguro sobre los ovnis, pero habia que verlo para creerlo”, agregando que el ovni le hizo sentir cierta trepidación. “Te da la sensación de que alguien te está mirando, y te hace sentir poco seguro.”

Pasarían varios meses antes de que las autoridades recibiesen denuncias sobre otros artefactos raros, y no provendrían de los testigos de siempre – los “observadores descalificados” que son objeto de burla de los escépticos – sino de más miembros de la guardacosta y otros profesionales encargados de la vigilancia de los puertos en los Grandes Lagos. El 9 de octubre de 1978, un apicultor vecino de Bay View dio a conocer su avistamiento de un objeto desconocido a eso de las 20:00 horas, cuando salía de su casa para “espantar a los osos que intentaban comerse la miel de los panales”. El objeto, cuyas luces eran verdes, blancas y rojas, eran “diez o veinte veces más brillantes que las de un avión”, según su testimonio. Curiosamente, el comisario del condado de Oceana, John Simmons, vería objetos extraños en el cielo antes y después de este incidente, pero su prudencia le hizo guardar el silencio hasta que otros diesen a conocer sus testimonios.

Y ante todo esto, ¿qué hacía la Fuerza Aérea?

La estación de radares en Bay Shore, Michigan, había recibido y anotado varias llamadas de personas que afirmaban haber sido testigos del artefacto con luces rojas, verdes y blancas. El teniente coronel Robert Hill dijo no haber recibido llamadas la misma noche en que el apicultor tuvo su experiencia, pero que meses atrás había recibido informes de otra comunidad, Good Hart, a la orilla del lago. “Recibimos informes a principios del verano, y la descripciones coincidían en el color de las luces”. Cuando se le preguntó por qué su radar no había capturado la presencia del artefacto o artefactos, el militar repuso que su equipo estaba diseñado para el seguimiento radárico angosto y no para hacer barridos.

El marinero David Laird, portavoz de la oficina de información pública de los guardacostas en Cleveland, anunciaría que los expedientes de su agencia conservaban informes sobre un extraño objeto que se desplazó sobre el lago Michigan silenciosamente a 1200 millas por hora, un informe que hacia mención de luces rojas y blancas adosadas al objeto. El caso había sido analizado por el departamento sin lograr ninguna explicación, y se consideraba en aquel momento que “los avistamientos se quedarían sin identificar”.

En su obra clásica Invisible Residents, el investigador y pensador Ivan T. Sanderson manifestó su admiración ante la cantidad de fenómenos que se producían en el lago Erie. “Pensaría cualquiera”, escribió, “que ellos (los OVNIS) tienen una estación de servicio bajo las aguas del lago Erie”.

Y este pionero de la ufología y la criptozoología tenía mucho en que fundamentar su planteamiento. E1 2 de diciembre 1962, decenas de miles de testigos en ciudades que iban desde Syracuse en Nueva York hasta Akron en Ohio vieron un objeto desconocido con forma de “foco” que se acercaba desde el este, ejecutaba una vuelta en el aire, antes de perderse sobre el lago Erie. Exactamente un año después – el 2 de diciembre de 1963-- la guardacosta ejecutaría la búsqueda infructuosa de un objeto resplandeciente que se zambulló en las aguas del lago, que no estaban congeladas en ese momento. Otro mes de diciembre – el de 1965 – traería consigo un evento de mayor fama aún: un bólido se estrellaría contra las aguas del lago.

En 1988, los investigadores Richard Dell'Aquila y Dale Wedge investigaron casos de actividad OVNI en las aguas de lago Erie que involucraba una central nuclear así como una central eléctrica caldeada por carbón.

Una vecina de la región afirmaba haber visto un objeto con forma de dirigible y con una luz en cada extremo del fuselaje, balanceándose sobre el lago con el movimiento que ya es característico de los ovnis. El objeto gris, cuyas dimensiones se estimaban como mayores a las de un campo de fútbol americano, hizo crujir y agrietar el hielo de la superficie del lago congelado.

Para cuando desapareció el "dirigible", los testigos pensaron que se había sumergido bajo la superficie helada del lago Erie, y que "pedazos de hielo descomunalmente grandes podían ser vistos en la zona del supuesto aterrizaje". ¿Se trataba, acaso, de un objeto misterioso buscando dónde ocultarse, o quizás intentando obtener agua en su estado sólido? El veredicto de la US Coast Guard fue que los "planetas Júpiter y Venus" estaban en conjunción esa noche y eso era lo que habían visto los testigos.

Desapariciones y ovnis

El transito comercial de los Grandes Lagos depende en su mayoría del cabotaje, embarcaciones que van de puerto en puerto sin jamás perder de vista la costa industrial de los lagos. Son pocos los marineros que cruzan los lagos, a pesar de que la distancia que separa la costa estadounidense de la canadiense es de cincuenta millas a lo máximo. Enormes buques cargados de acero, níquel, carbón y madera, o con productos provenientes de los estados centrales de la unión americana y destinados a Europa, se aprovechan del canal de Welland (que evita el obstáculo creado por las impresionantes cataratas del Niágara) y del río San Lorenzo para abrirse paso al Atlántico. Este tránsito lacustre y fluvial está vigilado por estaciones de radar y por satélite en distintos puertos, y aun así se dan casos de barcos que desaparecen sin rastro.
El más conocido de estos casos lo es, sin duda, la desaparición del buque acerero Edmund Fitzgerald, cuya tragedia fue inmortalizada por el canadiense Gordon Lightfoot en una canción, “The Wreck of the Edmund Fitzgerald”, que se convirtió en uno de los temas musicales más reconocidos de los ’70. El tema ensalza el valor de los marineros que desafían el peligro de los lagos, pero sin hacer mención de sus misterios.

El “Fitzgerald” era uno de las embarcaciones de mayor tamaño que jamás surcaran las aguas de los lagos – setecientos pies de eslora y calado de treinta y nueve pies – con capacidad de carga en exceso de veintiséis mil toneladas. Meses antes de su desaparición, el buque había aprobado las inspecciones de la guardacosta en cuanto a la integridad de su casco y su equipo de salvamento. El 10 de noviembre de 1975, el “Fitzgerald” zarpó del puerto de Duluth con su carga de nódulos de mineral de hierro bajo el mando del capitán McSorley, con más de cuarenta años de experiencia en esas aguas, con destino a Cleveland. El mar – es decir, las aguas del lago Superior – estaba tranquilo, aunque dentro de varias horas se desataría una tormenta de otoño, evento que produce oleajes desmedidos que en este caso produjeron daños de poca consecuencia al navío. McSorley se comunicó por radio con el capitán Cooper, al mando de otro carguero que lo acompañaba hacia las esclusas que permitirían el descenso de ambas naves al siguiente lago – el Hurón – y de ahí al lago Erie. Una distancia de diecisiete millas separaba ambas naves, que luego se recortaría a nueve. Según Cooper, McSorley no manifestaba preocupación alguna y a pesar de las condiciones tormentosas, el recorrido era bastante normal.

El radar del buque de Cooper, el “Arthur Anderson”, pintaba todos los alrededores del lago, y el “Edmund Fitzgerald” aparecía como un punto brillante. Se produjo una nevada repentina que interfirió con el funcionamiento de los instrumentos y restringió la visibilidad. Cuando el “Anderson” salió de la nieve, la visibilidad había incrementado a veinte millas, pero sucedía algo anormal...el “Edmund Fitzgerald” ya no estaba.

La guardacosta recibió el mensaje de alerta justo antes de las 20:00 horas. El capitán Cooper manifestaba su preocupación por la insólita desaparición de McSorley y su nave, pensando que se había ido a pique. La estación de la guardacosta hizo caso omiso, considerando que una embarcación de las dimensiones del “Fitzgerald” era invulnerable ante las peores condiciones meteorológicas, y en todo caso, tenía varias cabinas de radio y sistemas de respaldo. Nadie, mucho menos los oficiales de turno en el puente del “Anderson”, habían visto bengalas ni recibido transmisiones de socorro. Con activar un solo contacto, la tripulación de la nave desaparecida podía activar señales potenciadas por baterías que inundarían todos los canales con un S.O.S.

Sin embargo, la realidad era otra. Cooper y su tripulación ya no podían ver la embarcación que acompañaban desde Duluth. Se realizaron llamados a otros buques para ver si podían ver algo en sus radares, pero nada. Si la tormenta hubiese causado la destrucción del Fitzgerald, los escombros y cadáveres de su tripulación hubiesen flotado en el agua, o acabado en las frías costas del lago Superior semanas o meses después. Pero no fue así. Su desaparición fue total, como si hubiese atravesado una brecha en la realidad.
Como colofón, un dato interesante: la noche del 10 de noviembre de 1975, mientras que el capitán Cooper pugnaba con la guardacosta sobre la desaparición del Edmund Fitzgerald, dos interceptores F-106 despegaban de la base Selfridge en la punta sur del lago Hurón con la misión de interceptar (sin disparar, claro) varios contactos radáricos no identificados. A pesar de los cazas volaban con sus postquemadores al rojo vivo, los pilotos jamás llegaron a establecer contacto visual con los objetos. Según el Mando Norteamericano de Defensa Aérea (NORAD), los objetos estaban sobre la punta norte del lago Hurón cuando uno de ellos ascendió verticalmente desde los veintiseis mil a los cuarenta y cinco mil pies de altura, deteniéndose momentáneamente antes de ascender a 72,000 pies en un abrir y cerrar de ojos.

Segun el teniente coronel Brian Wooding del NORAD, su mando estaba acostumbrado a recibir informes sobre posibles OVNI, pero a su leal saber y entender, esta era la única ocasión en que se había producido un “scramble” para interceptar a los no identificados. Explicó que la maniobra se había realizado debido a que el incidente había sido visto por un gran numero de personas y porque lo habían percibido en el radar – cosa que ha de causar dolor a los escépticos que insisten a pies juntillas que los ovnis nunca han sido capturados en los radares. NORAD pudo rastrear, efectivamente, estos contactos por espacio de seis horas sobre el lago Hurón, a pocas millas de las esclusas a las que iba acercando el Edmund Fitzgerald...¿un barco absorbido por los ovnis? Eso ya seria especular, pero...en 1953, casi en esas mismas coordenadas, se produjo la desaparición del caza F-86 del teniente Félix Moncla, cuya misión era interceptar un OVNI. El caso – todo un clásico en la casuística del fenómeno – es más contundente debido a la afirmación del mando de la base Truax en su comunicado oficial a Prensa Asociada, que reza: “El avión fue seguido por radar hasta que fue absorbido por un objeto a 70 millas de la punta Keweenaw en Michigan Superior”. Se alegó a posteriori que “nadie había sido absorbido por nada” y que los técnicos habían leído la pantalla incorrectamente, y que el ovni era un avión de pasajeros de Canada Air.

Aprovechando la creencia de aquellos tiempos en el Triángulo de las Bermudas y otros cuerpos de agua con altos índices de desapariciones inusitadas de barcos y aviones de todo tipo (incluyendo el “Triangulo del Diablo” en aguas japonesas y “el meridiano del Diablo” en Tasmania), se comenzó a hablar de un “triangulo de los Grandes Lagos” y el autor Jay Gourley llegó a escribir un trabajo bastante amplio sobre el tema (The Great Lakes Triangle, NY: Fawcett Gold Medal, 1977). En la actualidad del siglo XXI, muchos de estos incidentes han pasado a formar parte de las publicaciones de “folklore regional y fantasmas” que han tenido gran aceptación en el mercado literario estadounidense.

Tuesday, February 05, 2008

Escombros de Roswell en Wright-Patterson




Escombros de Roswell en la base aerea Wright-Patterson: Evidencia obtenida por Visualizacion Remota
por William E. Jones, Director, MORA (Mid-Ohio Research Association)

Este relato es altamente intrigante y creemos que debe tomarse en cuenta dentro del ambito del estrellamiento del supuesto plativolo de Roswell. Sabemos que esta informacion fue proporcionada al National Air Intelligence Center en la WPAFB como parte de su busqueda sobre datos acerca de Roswell en respuesta la peticion hecha por la General Accounting Office (GAO). Sabemos esto porque se los proporcionamos. Se nos dijo posteriormente que el relato fue investigaron y que no hallaron nada de importancia.

La informacion llego a nuestras manos por medio de una fuetne confidencial dentro de la comunidad de visualizadores remotos pero fuera de MORA y de MUFON. En nuestra opinion, la fuente es objetiva. La fuente no "cree" en el valor de la visualizacion remota, pero se ha esforzado por establecer esta posibilidad mediante el uso de principios cientificos. Esto es todo lo que diremos para proteger nuestra fuente, y anadiremos que no se trata de Psi Tech ni de Ed Dames.

Aqui les presentamos el informe de visualizacion remota:

+++Descripcion del Problema+++: Localice el paradero de los restos del estrellamiento de Roswell.

Pregunta: En donde se encuentra la mayoria de los escombros del choque en este momento [1994]? En donde se realizan los estudios?

Respuesta: "Grandes trozos de material triangular y pedazos parecidos a un tren de aterrizaje, cubiertos en una lona verde (lona quirurgica) y recubiertas en lona alquitranada, se encuentran sobre anaqueles polvorientos en un almacen de la base aerea Wright Patterson (WPAFB). Se encuentran muy alto y al final de la hilera #5. La hilera se encuentra a la exterma derecha de la entrada delantera al almacen. La puerta del almacen esta abierta para dejar entrar la luz y curiosamente, no hay guardias".

"La gente entra y sale por la puerta abierta. Hay un espacio de oficinas a la izquierda y todo el intinerario del almacen esta codificado en un archivero sellado en un edificio de ladrillos en algun lugar de la base. Los documentos en el archivero estan fechados 1958 y con el paso de los años, los bordes de los papeles se han puesto amarillos. Estan relacionados con el estudio fisico de los escombros. Los documentos portan una calcomania en la esquina superior izquierda--un circulo atravesado por una linea horizontal--y la escritura esta superimpuesta sobre el diseno. Los escombros no estan siendo estudiados en la actualidad, pero Los Alamos ha mostrado su interes. No vi ningun escombro de forma circular (con forma de plativolo)".

Pregunta: Existe documentacion de importancia aun sin descubrir acerca del estrellamiento en cajas fuertes no secretas, tales como archivos gubernamentales o bibliotecas presidenciales? De ser asi, en cuales?

"Toda la informacion importante relacionada con el estrellamiento permanece aun en colecciones secretas y no esta disponible al publico."

Pregunta: En algun punto en el futuro, existe un testigo clave que "desvelara" el caso Roswell en el futuro? Tenga la bondad de describir el documento o la persona. Cual es el color de la marca en la parte superior/inferior del documento?

"Alas, azul. El gerente del almacen de Wright Patterson ha estado alli por muchos años y sabe lo que hay en los anaqueles. Tal vez pueda brindar alguna informacion cuando se jubile".

George Andrews: El Nuevo Orden Mundial

Un Vistazo Tras las Bambalinas del "Nuevo Orden Mundial"
por George C. Andrews

El siguiente documento me fue enviado por Carole Sterling, una victima del control mental quien ha interactuado en repetidas instancias con la CIA y ex-agentes de la CIA. Como no supo ser espec¡fica en cuanto a la manera en que lo obtuvo, la autenticidad del mismo permanece en entredicho. Sin embargo, dado a que se encaja tan bien con otras piezas del rompecabezas que ya se encuentran en el dominio publico, creo que al menos se le debe examinar sin miramientos ni rodeos de ningun tipo para verificar su autenticidad.

El documento consiste de seis paginas numeradas 44 a 49. Al calce de la primera pagina aparece un apunte hecho por Carole: "Extracto de la Conferencia #2, Com. 12". La primera oraci¢n comienza a la mitad, en medio de una descripcion de la masacre de Jonestown. Luego pasa a los procedimientos de Control Mental en general.

En la segunda p gina, pasa al tema de los implantes y la "programaci¢n alucinatoria" que antecede a la inserci¢n de un implante. Aunque no se hace menci¢n espec¡fica de los secuestros extraterrestres, dicho procedimiento podr¡a ayudar a explicar algunos de los informes sobre secuestros extraterrestres por aquellos abducidos que sinceramente creen lo que est n diciendo. No obstante, no creo que sea la explicaci¢n, ni siquiera para un gran porcentaje, de estos casos. No es inusual que un caso de abduccion incluya ambos factores.

En la tercera pagina, el documento se vanagloria del "gran exito" de los procedimientos de prueba que instigaron los disturbios que devastaron a Los Angeles en 1992.

En mi libro "Extraterrestrial Friends and Foes" (IllumiNet, 1993), hice alusi¢n a las torres de la red nacional GWEN, que fue presentado al congreso estadounidense y al publico en general como una medida de defensa contra un ataque sovietico, indicando que la evidencia se¤alaba que el motivo para su construcci¢n bien podria ser el control mental sobre la poblaci¢n de los EE.UU. Partiendo de este documento, esto no solo parece ser cierto, sino que las torres tienen otras dos capacidades insospechadas y sin mencionar: pueden transmitir enfermedades y causar la muerte. Esto significa que la persona o personas que controlan la red GWEN pueden matar a cada hombre, mujer y ni¤o dentro de las fronteras de los EE.UU. con solo oprimir un boton. Es de suponer que esto no se realizar¡a hasta que la autoproclamada "elite" se ubicase en sus lujosos refugios subterraneos.

Ahora que la red GWEN ha sido suplementada por su projecto gemelo HAARP, ¨quien sabe que otras capacidades insospechadas pueden haber sido pagadas por el dinero del contribuyente norteamericano, y puestas a la disposici¢n de aquellos que fingen protegernos mientras que meditan nuestro exterminio o esclavizacion? Hace mas de 20 a¤os, el fallecido senador Church compar¢ a la CIA con un elefante fuera de control. Tal vez haya llegado del momento de preguntarnos si nuestro gobierno, con sus ramas ejecutivas, judiciales y legislativas, todas ellas bajo el dominio de la sopa de letras que son los servicios de inteligencia, se haya convertido en un elefante fuera de control. ¿Y que tal si el problema no sea que nuestro gobierno este  fuera de control, sino que ha estado bajo el control de los nazis de la Operacion Paperclip desde el asesinato del presidente Kennedy? Quienquiera que haya sido el autor del documento en cuestion tiene la clasica mentalidad nazi.

El Enigma de los Desvanecidos






EL ENIGMA DE LOS DESVANECIDOS
por Scott Corrales

El cronista romano Julius Obsequens--merecedor, tal vez, del calificativo de "primer investigador forteano"-- abordó el tema de las desapariciones misteriosas en su Liber Prodigiorum ("Libro de los Prodigios") en un relato bastante bien conocido para los lectores de aquella epoca: "Un dia, mientras que Rómulo, fundador de Roma, arengaba a sus tropas en el pantano de Caprea, se produjo una repentina y violenta tormenta durante la cual Rómulo quedó envuelto en una nube tan densa que desapareció de vista, para nunca jamas ser visto por ojos mortales. Se le ascendió al rango de los dioses, y se le veneró bajo el nombre de Quirino." Algunos historiadores señalan que el primer monarca romano sencillamente fue victima de un complot y que sus asesinos se inventaron la desaparición para cubrir su rastro. Pero desapariciones como la que describe Obsequens en su crónica vienen sucediendo desde hace siglos.
La gente sigue desapareciendo, aunque tal vez no tan aparatosamente como Rómulo (y tampoco se les endiosa). De hecho, resulta necesario distinguir lo que podemos clasificar como desapariciones ordinarias (las que tienen que ver con prófugos de la ley, los insumisos, los padres divorciados que secuestran a sus hijos para irse a vivir en lugares remotos) de aquellas que resultan verdaderamente pasmantes y representan un desafio al sentido comun: casos en los que personas se desvanecen sin rastro a bordo de aviones que viajan a alturas estratosfericas, o que desaparecen dentro de habitaciones que han sido cerradas con llave desde el exterior.
Tal vez aun mas que el fenómeno OVNI, el enigma de las desapariciones repentinas ha desafiado a los investigadores por mas de un siglo, y la pregunta que resulta dificil enunciar: ¿A dónde se fueron estas personas? recibe un silencio de ultratumba como respuesta.
En tiempos antiguos, el poder de desvanecerse se consideraba propio de hechiceros y brujos. Cuenta la tradición que el celebre Apolonio de Tiana se desapareció ante los ojos del emperador Domiciano y sus cortesanos, causando gran azoro; el autor mexicano Artemio del Valle Arizpe nos recuenta la leyenda de la "Mulata de Córdoba"--una bruja de la epoca colonial encarcelada por su capacidad de encontrar objetos perdidos y tesoros ocultos. Cuando su carcelero vino a verla un dia, se quedó pasmado al ver como la mujer abordaba un pequeño velero que habia dibujado en la pared, desapareciendo a la vez que se despedia de su opresor; los vampiros de la Europa oriental supuestamente gozaban del poder de desaparecer y reaparecer a voluntad gracias a los poderes malignos que tenian a su disposición.
Aun si se pudiese comprobar la veracidad de estos cuentos, el hacerlo no comenzaria a resolver el dilema. Los casos contemporaneos relacionados con las desaparaciones misteriosas por lo general no tienen que ver con individuos que tratan de esfumarse ante los ojos de sus contemporaneos por alguna u otra razón. Sus desapariciones son, por lo general, repentinas e inesperadas, ocurriendo de dia o de noche, y en algunas ocasiones resultando en la desaparición del vehiculo que les transportaba.
En 1941, un equipo de rescate suizo recibió la orden de emprender la busqueda de algunos alpinistas que no habian regresado a su campamento. Tras de varios dias, la misión de rescate encontró las huellas de los alpinistas, que se desaparecian abruptamente en medio de un glaciar. En este caso, las autoridades dictaminaron que "se trataba de una desaparción cuyas circunstancias resultaban dificiles de determinar con certeza, debido a la naturaleza de los hechos."
Ciertos lugares en nuestro mundo han adquirido fama como sitios en donde las desapariciones humanas no son nada fuera de lo comun. Algunos de ellos, como el mal-llamado "Triangulo de las Bermudas" en el Atlantico, el "Triangulo del Diablo" en el Japón, o el "Triangulo de los Grandes Lagos" en Canada han formado parte del canon de lo paranormal durante mas de 30 años. Pero en mayor grado que las aguas del mundo, las montañas a menudo desempeñan el papel de lugares de desaparición. En las tradiciones griegas antiguas, los viajeros que se acercaban demasiado a los montes Parnaso y Olimpo corrian el peligro de desaparecer para siempre. La montaña de El Yunque en Puerto Rico, el monte Glastonbury en Nueva Hampshire (EUA) y el monte Inyangani en el este de Zimbabwe
Las nubladas cumbres de El Yunque han representado una fuente de misterio ligado a los fenomenos paranormales y en fechas mas recientes al fenomeno OVNI. Docenas de individuos, principalmente excursionistas, han desaparecido misteriosamente en esta montanya. Un nino desaparecio mientras que caminaba a lo largo de un sendero con sus padres, y hasta equipos de rescate bien adiestrados y equipados parecen haberse esfumado en la densa floresta tropical. Los guardabosques siempre replican lo mismo--que las arenas movedizas y agujeros inexplorados son la causa de estos desavencimientos, aun cuando se han producido en lugares lejos de donde se darian las condicioens descritas.
Las desapariciones en el Monte Glastenbury crearon una sensacion en la pacifica ruralia del estado de Vermont. Durante un espacio de cinco anyos desde mediados de la decada de los '40 hasta principios de la decada de los '50, siete personas desaparecieron inexplicablemente en esta montanya vecina de Bennington, Vermont. A diferencia de El Yunque, el lugar no tenia fama de ser un lugar misterioso ni peligroso. Se barajaron varias teorias--desde actividades de magia negra hasta secuestros por OVNIs--para explicar las desapariciones. La primera victima del Monte Glastenbury lo fue, curiosamente, un montanyista que se dedicaba a guiar cazadores a traves del bosque. Este guia, mas cuatro cazadores, desaparecieron y jamas volvio a saberse de ellos. Otra victima se esfumo bajo circunstancias aun mas extranyas: abordo un autobus en la poblacion de Saint Albans, Vermont, tomo asiento, atrajo la atencion del chofer y de algunos otros pasajeros...pero jamas bajo del vehiculo, que realizaba un trayecto sin escalas hasta Bennington.
Pero tal vez el Monte Inyangani de Zimbabwe sea la mas interesante de estas montanyas causantes de desapariciones, precisamente porque algunos de los desaparecidos han regresado con interesantisimas historias que contar. La fallecida investigadora de ovnis Cynthia Hind, en una nota para la revista FATE (Julio 1995) trato el tema de la experiencia vivida por un diputado adjunto del gobierno zimbabweano quien llego a extraviarse en el Monte Inyangani con dos companyeros. Segun el testimonio del diputado adjunto, los tres hombres vagaron por la montanya en un estado de confusion, sin sentir ni sed ni hambre, mientras que podian ver a los miembros del equipo de rescate que habia venido por ellos y **que parecia no poder verlos** a pesar de que los extraviados gritaban y agitaban los brazos.

Segun Hind, parece ser que se hicieron ciertos sacrificios de sangre a los dioses tutelares de la montanya, lo que permitio que los tres hombres pudiesen "reintegrarse" a nuestro tiempo/espacio. La investigadora africana agrega que a comienzos de la decada de los '80, un ayudante de distrito para la comunidad que incluye al Monte Inyangani tomo parte en la operacion de rescate de otro funcionario que tambien desparecio en la montanya. Se dio parte a los mayores de la triby Tangwena, quienes realizaron un ritual destinado a obtener la "devolucion" del funcionario, quien aparecio al dia siguente sin haber sufrido ningun dano aparente, pero incapaz de recordar lo que habia sucedido durante los ultimos dos dias. Otros han tenido menos suerte y sus desapariciones jamas han sido resueltas. La eficiencia de los rituales de magia en estos casos indica que existe una inteligencia de cierto tipo que en ciertos casos puede ser persuadida a devolver a los que ha secuestrado, o a quienes han entrado en sus dominios insospechadamente. Podriamos suponer que los antiguos Tainos de la isla de Puerto Rico tenian conjuros para rescatar a sus parientes desaparecidos en las nubladas cumbres de El Yunque, pero jamas lo sabremos a ciencia cierta.

Los seres humanos siempre han guardado un respeto prudente por los lagos, especialmente los de agua dulce con reputacion maligna. Algunos de estos cuerpos acuaticos incluyen los lagos escoceses e irlandeses investigados por el fallecido F.W. Holiday, y aquellos lagos y lagunas en otras partes del mundo que supuestamente albergan monstruos o formas de vida exotica. Pero existen otros lagos cuya fama proviene del asunto que nos ocupa aqui: las despariciones misteriosas de seres humanos.

El investigador britanico H.P. Wilkins examino las tradiciones asociadas a los lagos "calientes" del noreste de Islandia--la region despoblada conocida por el imponente nombre de Odadharhraun. Esta vasta extension de terreno incluye el volcan Askja, un colosal crater de trece millas de diametro rodeado por un paisaje lunar de campos de lava y ceniza negra. En 1905, un grupo de jovenes geologos alemanes se internaria en este lugar--que asemeja la Mordor de J.R.R. Tolkien--para estudiar la sorprendente actividad volcanica de Islandia.

El grupo llego al pueblo pesquero de Husavik y contrataron a un guia que los llevase hasta el Odarharhraun, que en aquella epoca era un lugar evitado por los islandeses como un escenario de lo sobrenatural y malevolo. Contra las advertencias de su guia, los alemanes acamparon en la region prohibida y dos de ellos abordaron un pequeno bote para alcanzar el centro del lago volcanico. Cuando su companero, que habia permanecido en tierra, se dio la vuelta para ver como andaban sus colegas, se quedo perplejo al ver que ya no estaban--los cientificos y su embarcacion habian desaparecido. Las autoridades posteriormente intentaron dragar el fondo del lago caliente pero sin hallar rastro de los cientificos. Wilkins agrega el detalle de que cualquier persona que se decida a recorrer el interior de Islandia podra obtener un sinnumero de relatos parecidos en determinadas partes del pais.

Los lagos que invitan las desapariciones humanas no se encuentran comodamente lejos de nosotros en regiones de acceso dificil en paises lejanos. George Andrews, autor del libro Extraterrestrial Friends and Foes, hace hincapie en la actividad sobrenatural que rodea al lago Whitney en la region de Dallas/Fort Worth en el estado de Texas (EUA). Citando una nota periodistica en el Fort Worth Star Telegram de 1976, Andrews nos presenta el panorama de un cuerpo de agua en el cual han desaparecido personas en las maneras mas extranas posibles. Casi una docena de automoviles han caido al agua desde la carretera vecina desde 1950, y hasta aviones se han zambullido inexplicablemente a las profundidades del lago. Tambien han desaparecido practicantes del buceo, a pesar de que el Whitney es un lago encerrado sin corrientes peligrosas. Tambien se han dado casos de OVNIs en los alrededores. No obstante, el en la mayoria de los casos, el veredicto oficial sobre las desapariciones es "descuido malicioso que resulta en muerte por inmersion en agua".

Los incidentes ocurridos en el Lago Whitney nos permiten hacer la transicion desde causas pasivas de desapariciones a una causa activa que ha recibido mucha atencion en las ultimas decadas: los OVNI. Es innegable que existe un vinculo entre la actividad OVNI y las desapariciones misteriosas. El investigador Philip Imbrogno marca el aumento pronunciado en las desapariciones de ninos poco despues del comienzo de la actividad OVNI en el valle del rio Hudson a fines de los '80: casi 3,000 ninos desaparecieron en el condado de Westchester (Nueva York) solamente. Los agentes del orden publico se quedaron pasmados tanto por las altas cifras de ninos desaparecidos como por el hecho de que jamas volvieron a aparecer en albergues juveniles o en zonas de prostitucion.

Sin embargo, debemos evitar la tentacion de culpar a los OVNI por las desapariciones, puesto que la mayoria de estos casos se producen de manera independiente a las oleadas de OVNI. Los platillos voladores y las inteligencias que los controlan son meramente un sintoma, no la causa en si.

Las preguntas verdaderamente dificiles de contestar en torno a las despariciones de seres humanos al paso de los siglos son las siguientes: (a) que fue lo que causo su desaparicion? y (b) que fue de ellos? Se han circulado algunas teorias para ofrecer respuesta a esta preocupante situacion.

El sabio britanico F.W.H. Myers expreso la creencia que para poder caer a traves de las grietas que conducen de nuestra realidad a otra que no podemos imaginar bien, la victima debe disponer de un talento "oculto" que Myers denomino diatesis psicorragica. Esta condicion o capacidad mental produce una disrupcion del tejido de mente, la energia y la materia, impulsando a la desventurada victima a traves de la metaforica grieta en la realidad. Segun Myers, este don produciria la travesia accidental, abrupta e indeseada de nuestro mundo tridimensional a otro cuatridimensional, o la entrada de criaturas extranyas de otra dimension a la nuestra. Si Myers tenia razon en sus planteamientos, entonces resulta factible suponer que pueden existir aquellos quienes han dominado este don y lo utilizan para "teleportarse" entre mundos o niveles de existencia. Los felinos miseriosos, los monstruos peludos y seres quimericos que represenan el espinazo de la investigacion Forteana tal vez tengan un instinto para la teleportacion, lo que les permite conmutar a voluntad entre nuestra realidad y la suya propia. Los autores Scott Rogo y Jerome Clark han sugerido que entre las caracteristicas fisicas de muchas criaturas extranas, siempre figuran los ojos de gran tamano y luminosos, lo que puede llevarnos a concluir que su "dimension de origen" esta sumida en las tinieblas.

Los testimonios de los funcionarios zimbabweanos extraviados en el Monte Inyangani
representan nuestra unica manera de responder a la segunda pregunta: que suerte corren aquellos que desparecen bajo estas circunstancias? Los zimbabweanos vagaron sin rumbo fijo, siendo capaz de ver a sus rescatadores pero incapaces de comunicarse con ellos. Aunque no experimentaron hambre, sed ni suenyo, resulta dificil pensar que habrian podido subsistir indefinidamente en tal estado. De hecho, resulta aleccionador saber que los esqueletos de las victimas del Monte Glastenbury en EUA aparecieron muchos anyos despues. Seria factible suponer, acaso, que el acto de morir fisicamente expulso sus cadaveres a nuestra realidad?

Tal vez la accion de caer a traves de una grieta en el tiempo/espacio/realidad surte un efecto devastador sobre la victima, revolviendo sus sentidos y ocasionado danyo irreparable. Charles Fort hace mencion de la aparicion repentina e inusitada de "hombres salvajes" en Inglaterra, aparentemente en estado amnesico, durante el invierno de 1904-1095. Estaban desnudos y no hablaban ningun idioma conocido por los expertos consultados por la policia de esa epoca. Serian estos las victimas de las desapariciones misteriosas, "expulsados" aleatoriamente en otro tiempo y lugar, con sus mentes arruinadas por la experiencia antinatural? Si los culpables de esto son los jinas u otros seres desconocidos que comparten el mundo con nosotros, no somos capaces de imaginarnos cual sea el paradero de los desaparecidos.

(Derechos Reservados (C) 2001. Scott Corrales, Arcana Mundi)